Un hito fundamental en la deriva autoritaria del Gobierno de Rajoy fue modificación del Código Penal para constriñir hasta su nimiedad los derechos de expresión (Ley Mordaza) y la vergonzosa firma entre Rajoy y Sánchez del llamado “pacto antiyihadista” que bajo la falacia de combatir el terrorismo yihadista “convierte en delitos terroristas infracciones menores o conductas lícitas y supone un ataque a la línea de flotación del sistema constitucional” en palabras de Manuel Cancio Meliá (artículo 573.1) y cuyo penúltimo episodio sería el “affaire Alsasua” que según dictamen del Tribunal Supremo ” tendría encaje en el artículo 573.1 del Código Penal” y en consecuencia será juzgado por la Audiencia Nacional como “hechos constitutivos de un delito de terrorismo” con penas estratosféricas de 52 años para cada uno de los 7 encausados.
En el paroxismo de la deriva autoritaria de Rajoy, asistimos a la implementación de la llamada Doctrina Aznar que tendría como ejes principales la culminación de la «derrota institucional de ETA para impedir que el terrorismo encuentre en sus socios políticos el oxígeno que le permita sobrevivir a su derrota operativa» y el mantenimiento de la «unidad indisoluble de España » , teniendo como efectos colaterales “criminalizar a grupos y entidades díscolos y refractarios al mensaje del establishment dominante del Estado español”, elementos constituyentes de la llamada “perfección negativa”. Dicho término fue empleado por el novelista Martín Amis para designar “la obscena justificación del uso de la crueldad extrema, masiva y premeditada por un supuesto Estado ideal”.
Cataluña y el déficit democrático del Estado español
Europa atraviesa un período muy convulso pues la crisis financiera está poniendo todavía más difícil el proceso de construcción europea (imprescindible para que pueda competir como potencia mundial) y el estancamiento económico que se está haciendo visible en la locomotora alemana aunado con la aparición de brotes deflacionistas en el seno de la UE ha provocado la aparición de fuerzas centrífugas que podrían provocar la desmembración de la actual Unión Europea. Así, asistimos al auge de movimientos independentistas del que Escocia sería paradigma de dicho movimiento y alumno aventajado tras realizar en octubre del 2014 la consulta sobre la permanencia de dicha nación en Gran Bretaña. El profesor James Mitchell, responsable de la escuela de Gobierno y Política Pública de la Universidad de Strathclyde (Glasgow, Escocia), explica que las razones de un pueblo para querer su independencia «radican en el fracaso de sus respectivos Estados, pues las naciones sub-estatales se sienten ninguneadas».
Sin embargo, según la actual doctrina imperante en Bruselas, “un Estado resultante de un movimiento secesionista perdería su condición de miembro de pleno derecho de la zona euro y habría de comenzar el proceso de readmisión”, lo que en la práctica imposibilita la secesión, por lo que Cataluña deberá esperar a la disolución de la actual UE como ente político para que asistamos a la independencia de las actuales naciones subestatales europeas (Escocia, Flandes, Bretaña, Alsacia, Córcega, Cataluña, País Vasco, Galicia, Padania, Tirol del Sur, Irlanda del Norte, Cornualles e Isla de Man) y a la aparición de un nuevo mapa geopolítico europeo.
¿Se abre un nuevo frente contra el recalcitrante centralismo del Gobierno de Rajoy?
En este contexto habría que situar la actual ofensiva del Tribunal de Cuentas de España de intentar fiscalizar las cuentas del Gobierno Foral de Navarra, advirtiendo de que “en el supuesto de no remitirse la información solicitada en el plazo que en ella se indica, incoará las actuaciones pertinentes”, lo que ha provocado la unánime reacción de todos los partidos del arco parlamentario navarro en forma de declaración institucional de defensa de la Cámara de Comptos, añadiendo que “el requerimiento del Tribunal de Cuentas excede del marco legal pactado en el Amejoramiento”. Asimismo, estaríamos en la antesala de un severo recorte de la capacidad de la Cámara Foral de Navarra para legislar impuestos (autogobierno fiscal navarro), que se enmarcaría en el contexto de la instauración de una nueva Doctrina autonómica por parte del nuevo Gobierno Central que consistiría en la implementación de un Estado seudofederal basado en el sui generis “café para todos” y que contará con las bendiciones del PSOE. Ello sería un misil en la línea de flotación de la pervivencia del régimen foral diferenciado navarro y su capacidad auto-gestionaria, no siendo descartable la reedición de la Gamazada de 1893-84, reacción popular de la ciudadanía navarra contra la intentona del ministro español Gamazo de suprimir el régimen fiscal navarro, con lo que ase abriría un nuevo frente contra el centalismo exacerbado del Estado español.
¿Tiene el Gobierno centralista del Estado español los días contados?
Sin embargo, la crisis económica, la desafección política de la sociedad española motivada por los sangrantes casos de corrupción de la élite político-económica han hecho revisar los esquemas idílicos de la Transición y la vigencia de la Constitución del 78 en la que se sustenta el actual status quo, por lo que se antoja inevitable un proceso de catarsis y posterior metanoia colectiva que tendrá como efectos benéficos la liberación de la parte indómita del individuo primigenio ( el lobo estepario) que ha permanecido agazapado en un recodo del corazón, sedado y oprimido por la tiranía del actual sistema dominante, neoliberal y constrictor de las libertades democráticas.
Así, tras un un parto agónico en el que agonizará lo viejo sin que amanezca lo nuevo, asistiremos al nacimiento del “Individuo Multidimensional” como generador de un tsunami popular de denuncia del actual déficit democrático, social y de valores e instaurador del caos constructivo que logrará finiquitar las estructuras del obsoleto Régimen del 78 y proceder a la instauración de la III República en el horizonte del 2020, escenario en el que se procederá al diseño de una nueva cartografía del Estado español con la implementación de un Estado Federal.