«En 2017, prevemos un incremento real incluso mayor, del 4,3%», es decir, el «tercer año consecutivo» de aumento de la inversión militar en los países de la Alianza, aseguró Stoltenberg en el cuartel general de la OTAN en Bruselas, la víspera de una reunión de los ministros de Defensa, señala un cable de AFP.
El aumento del gasto militar de sus aliados es uno de los tradicionales reclamos de Washington en la OTAN. En 2014, el entonces presidente, Barack Obama, consiguió que los miembros de la Alianza se comprometieran a aproximar su gasto militar nacional al 2% del PIB en el plazo de una década.
Junto a EEUU, sólo Grecia, Estonia, Reino Unido y Polonia cumplen con ese compromiso, pero otros países, como España (la segunda por la cola, con un 0,9% de gasto en defensa en 2016), piden que se tengan en cuenta otros criterios en el cómputo.
En una cumbre en Bruselas a finales de mayo, Donald Trump mantuvo la presión, asegurando que «23 de las [entonces] 28 naciones miembros todavía no pagan lo que deberían» y acusando a algunos aliados de deber «enormes sumas de dinero».
«Celebramos el hecho de que el presidente Trump se centre en el gasto en defensa y un mejor reparto de la carga, ya que debemos poner en marcha aquellos que acordamos», subrayó Stoltenberg, para quien los aliados deben gastar más «no sólo para complacer a EEUU», sino también por su «propio interés».
El alza anunciada para 2017 para los aliados de Washington representaría unos 12.000 millones de dólares, lo que elevaría el aumento del gasto militar en Europa y Canadá a los 46.000 millones de euros en tres años, según el secretario general de la OTAN.
Los ministros de Defensa abordarán esta cuestión durante su reunión prevista el jueves a 29, tras la incorporación a principios de junio de Montenegro como miembro de la OTAN.