Como conglomerado político afín a las ideas liberales, y siempre pensando en el bienestar de todos los chilenos, creemos que es necesario mirar a quiénes han estado algo desprotegidos.
Muchas son las personas que, por diferentes causas, se encuentran postrados en sus casas bajo cuidados permanentes y conectados a ventilación mecánica, a monitores de signos vitales y/o bombas de infusión de medicamentos, los cuales los mantienen con vida.
Hay que mencionar, y pueden imaginárselo, que el esfuerzo familiar que hay detrás de cada paciente es indescriptible y su resiliencia, encomiable.
Lamentablemente, pocas son las ayudas que por parte del Estado reciben estas familias. Los gastos en los que se incurre para solventar la hospitalización domiciliaria (sólo en insumos clínicos y recursos humanos técnicos y profesionales necesarios para entregar el mejor cuidado posible) son muy altos, y a ello hay que sumarle el consumo de servicios básicos como agua, gas y electricidad que las mismas máquinas necesitan para funcionar.
Estas familias viven preocupadas, además, de que el servicio eléctrico entregado sea óptimo y de que no se caiga la red, situación que aumenta la angustia de quiénes necesitan la electricidad para vivir.
Pocos se acordaron, durante el corte de electricidad prolongado de los últimos días, las dificultades que debieron enfrentar las familias con pacientes dependientes, quienes pudieron verse afectadas por dicha interrupción del servicio.
Si bien existen sistemas de respaldo ante estas emergencias (equipos clínicos con baterías, generadores de electricidad con motores a bencina, etc.) un corte prolongado deja a las familias más vulnerables y angustiadas aún.
Por eso Amplitud, en su permanente afán de oír a la ciudadanía y querer aportar en soluciones, se une a la causa.
Celebramos que el Ministro de Energía, Andrés Rebolledo, el pasado 19 de junio haya iniciado una mesa de trabajo que incluye a representantes de las familias, empresas de distribución eléctrica, parlamentarios, la Subsecretaría de Electricidad y Combustibles (SEC) y el Gobierno, y haya anunciado medidas como la no suspensión en caso de deuda, la priorización en la reposición de la electricidad en casos de cortes masivos no programados, el estudio de factibilidad de crear sistemas de respaldo adicionales a los que se mencionaron en el párrafo anterior, y la creación de un registro de hogares con pacientes electro-dependientes.
Sin embargo, a nuestro juicio, aquellas medidas son insuficientes porque apuntan a solucionar situaciones de emergencias. Esperamos que en la mesa se avance hacia medidas permanentes y de largo plazo que apunten a solventar los costos diarios de la electricidad, no sólo ante eventos adversos, por lo que creemos que es de suma importancia que el Gobierno, a través del Ministerio de Energía, subsidie los gastos que el consumo energético acarrea a las familias con este tipo de pacientes.
Un subsidio a la energía vendría a ser un anhelo cumplido de muchas personas, que tendría un impacto positivo en la economía familiar y, por ende, en la calidad de vida de todos sus miembros.
Sería, además, saldar una deuda que el sistema ha tenido con estos chilenos y sus familias para que dejen de ser invisibles a los ojos de las políticas públicas, para que comiencen a recuperar su dignidad y para que dejen de ser ciudadanos de segunda. Sería, en definitiva, un acto de justicia.
Este tipo de política está vigente en países como Argentina, y pensamos que es perfectamente posible llevarla a cabo en nuestro país. En Amplitud creemos que vale la pena hacer esfuerzos, como sociedad entera, para ir en ayuda de quiénes están más desvalidos.
Reiteramos, entonces, el llamado al Gobierno y a los candidatos para que incluyan en sus programas este tipo de iniciativa. Miles de familias chilenas se los agradecerán.