Hiroyuki Arakawa es el encargado de vigilar uno de los santuarios llamados torii de la religión sintoísta, y se encuentra en la bahía Tateyama, en Japón. Durante todas estas décadas, conoció a muchas criaturas marinas que vivían alrededor del santuario, y se hizo amigo de Yoriko, un amigable pez lábrido asiático. Su amistad fue grabada en vídeo y se volvió viral. En él se puede ver a Arakawa saludando al pez con un beso, como es costumbre.
Un estudio científico reciente demostró que los peces pueden reconocer rostros humanos, algo muy importante. “Los científicos ponían 2 imágenes de rostros humanos ante los peces y los entrenaban para elegir una. Transformaron las imágenes para ponérselo más difícil, pero aún así eran capaces de elegir la cara más familiar el 86% de las veces,” dijo a CNN la doctora Cait Newport de la universidad de Oxford.
Estas evidencias hacen que la amistad de Yoriko y el buceador sea más legítima e inspiradora.