Donald Trump se convirtió hoy en el primer presidente estadounidense en funciones en visitar el Muro de las Lamentaciones en la Ciudad Vieja de Jerusalén, al que se acercó llevando un kipá negro. A su llegada a la plaza del conocido como Muro Occidental, al mandatario se le unió su yerno y asesor en asuntos de Cercano Oriente Jared Kushner, que también llevaba el gorro religioso judío. Sin embargo, el presidente entró solo a la sección masculina del área de plegarias, que está separadas por sexos, reporta DW.
Trump cerró los ojos y apoyó la mano en el muro. También introdujo un trozo de papel en la pared. Su hija Ivanka y su esposa Melania también acudieron al Muro Occidental y rezaron en el espacio reservado a las mujeres. Se trató de una visita privada a la que no se permitió asistir a ningún funcionario israelí para evitar que se pudiera interpretar como un apoyo estadounidense a que Jerusalén sea la capital indivisible de Israel.
Diplomáticos estadounidenses habían asegurado antes del viaje que el Muro de las Lamentaciones está en Cisjordania y no en Israel, pero la Casa Blanca se distanció luego de estos comentarios. El secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo durante el viaje que el Muro forma parte de Israel. La pared es el muro occidental del que fuera el Segundo Templo judío construido por Herodes y que fue destruido por los romanos en el año 70 d.C. La Ciudad Vieja de Jerusalén forma parte de los territorios que Israel ocupó en 1967 y la posterior anexión de la parte árabe de la capital no está reconocida internacionalmente.
«Duradera amistad»
Antes de la histórica visita, Donald Trump arremetió contra Irán y agradeció a Israel su compromiso para avanzar hacia una paz entre israelíes y palestinos, tras su reunión de trabajo hoy con su homólogo israelí, Reuvén Rivlin, en su primer acto oficial en Jerusalén.
«Estoy honrado de estar en el gran Estado de Israel, el hogar del pueblo judío», dijo Trump en una breve comparecencia conjunta ante los medios con Rivlin, en la que alabó al pueblo judío por «haber logrado algo increíble, algo que posiblemente no se haya hecho nunca antes».
«He venido a esta tierra antigua para reafirmar la duradera amistad entre EEUU y el estado de Israel. No solo somos antiguos amigos, somos grandes aliados y socios» aseguró, antes de añadir que en este momento, «la historia pide que fortalezcamos nuestra cooperación, ya que Israel y América se enfrentan a amenazas comunes, desde ISIS (acrónimo para Estado Islámico de Irak y el Levante) y otros grupos terroristas a países como Irán que impulsa el terrorismo y financia y fomenta violencia terrible».
«Le agradezco (al presidente israelí) y al primer ministro (Benjamín) Netanyahu su compromiso para avanzar en la paz entre palestinos e israelíes. También estoy deseando debatir el proceso de paz con el presidente palestino, Mahmud Abás», dijo en la breve comparecencia conjunta.
«Los jóvenes niños israelíes y palestinos merecen crecer en seguridad, y perseguir sus sueños sin la violencia que ha destrozado las vidas de tantos», añadió.
Críticas a Irán
Trump instó a Rivlin a trabajar juntos para acabar con el azote de la violencia que se ha llevado tantas vidas aquí y alrededor del mundo» y afirmó que ambos deben declarar «con una sola voz» que «nunca se deberá permitir que Irán tenga armas nucleares» y que ese país continúe su «sangrienta financiación, entrenamiento y equipación de terroristas y milicias».
En su opinión, hay gran consenso en torno a esta cuestión entre las naciones, incluidas muchas en el mundo musulmán.
«Vuestros vecinos árabes se dan cada vez más cuenta de que tienen una causa común con vosotros con la amenaza que supone Irán», dijo, y añadió: «Tenemos muchas oportunidades increíbles ante nosotros y mi esperanza para esta visita es que aprovechemos cada una de ellas».
Por su parte, Rivlin recordó el conflicto en la vecina Siria, donde aseguró que «se están cruzando líneas rojas» y se están violando «los valores humanos más básicos».
«El pueblo judío volvió a su tierra histórica después de dos mil años de exilio. Celebramos el milagro. Incluso durante los tiempos más difíciles, nunca nos hemos dado por vencidos en alcanzar la paz con nuestros vecinos», dijo el Presidente israelí, que recordó que su país firmó en el pasado la paz con Jordania y con Egipto pero aún no ha conseguido su misión de vivir en paz con sus vecinos palestinos.
«Nuestro destino es vivir juntos en esta tierra», afirmó, y agradeció que Trump traiga a la región «energía nueva para avanzar».