domingo, diciembre 22, 2024

Hermógenes inspirado no le da tregua a Piñera: «Otra carcajada de Sebastián»

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Cabe preguntarse qué le hizo Sebastián Piñera al abogado y periodista Hermógenes Pérez de Arce, que descarga toda su artillería contra el empresario-candidato. sus columnas dedicadas al candidato del 24% de aprobación (que no debiera ser motivo de alegría) sacan a relucir cuanta maña tiene el repostulante a La Moneda.

Ahora Pérez de Arce escribe una ácida y -a ratos- divertida columna que titula «Otra Carcajada de Sebastián», y cuyo texto completo reproducimos:

«Piñera siempre se ha reído de los chilenos, pero últimamente lo está haciendo a carcajadas. Todo el mundo sabe –lo publicó Forbes– que tiene 2.700 millones de dólares y entonces él, como debe hacer una declaración de intereses y patrimonio para participar en las primarias, ahora le confiesa al país que sólo tiene 650 millones de dólares y que su mujer tiene otros 160 millones (“La Tercera”, 19.05.17). Escamotea dos tercios de sus haberes de la vista de los chilenos y afirma que “está yendo más allá de lo que la ley le exige”. ¿No es eso reírse de todos a carcajadas?

Y antes le debe haber dado mucha risa cuando en 2010 nos aumentó los impuestos a los giles que tenemos el patrimonio acá y él aprovechó para llevarse 1.800 millones de dólares de la venta de LAN, Colo Colo y Chilevisión a paraísos fiscales del exterior. Vendió obligado, porque se había comprometido durante la campaña del 2009 a vender si era elegido presidente, pero no cumplió. Entonces, cuando lo pillaron (siempre lo pillan y hasta una vez, en los ’80, tuvo que andar 23 días prófugo por eso) tuvo que vender esas empresas en 2010, porque sus amigos le deben haber dicho, “Chato, hasta cuándo te sigues riendo de los pobres chilenos”.

Pero no quiso parar de reírse y afirmó acá que estaba dedicado “en cuerpo y alma” a gobernarnos y hacernos obras como el puente Cau Cau que después no funcionó o “mejorar” el Estadio Nacional, que disminuyó su capacidad de 80 mil a 45 mil. Todo eso le debe haber dado también mucha risa. No tanta como cuando dijo en la campaña de 2009 que el gobierno de Pinochet había sido peor que el de Allende (cosa que su hijo Sebastián repite aún hoy en twitter, según me llegó) y se debe haber muerto de la risa pensando en que los “cómplices pasivos” no tenían otra opción que votar por él. (Ahora tenemos otra).

Sea como fuere, cuando gobernaba nos tenía convencidos de que un “fideicomiso ciego” manejaba sus negocios y él no sabía nada de ellos, mientras acosaba a Julio Ponce para obligarlo a fusionar las Cascadas y así “hacer una pasada” con las acciones que sabía que tenía en una de ellas. ¿”Fideicomiso ciego”?: más de dos tercios de su patrimonio estaba en paraísos fiscales y se manejaba con los ojos muy abiertos, tanto que en su amor por la cultura antigua fundó la sociedad “Ilíada” en homenaje a Homero, con seis nietos suyos que aportaron, pese a su corta edad, un millón de pesos cada uno y eso no fue nada, porque luego esa sociedad aportó 500 millones de dólares (¿de dónde?) a otra, llamada “Odisea” (otro homenaje a Homero) que era de sus hijos. Estos últimos la habían formado aportando 4.495 millones de pesos cada uno (¿de dónde?) y es dueña de todavía otra más que, en homenaje a Virgilio, bautizó cono Eneida y está constituida en un paraíso tributario más sofisticado que Islas Vírgenes Británicas, el de Luxemburgo, según comprobó una investigación de Ciper, no desmentida hasta ahora y publicada en “El Mostrador” y no en “El Mercurio” ni “La Tercera”, por supuesto, que son los diarios que lee la G. C. U. que vota por Piñera aunque éste se ría de ella (y de ellos) todo el tiempo.

Pero muchos chilenos realmente merecen que él se ría de ellos, porque se enteran de todo lo que el personaje hace y, sin embargo, lo mantienen a la cabeza de las encuestas. Supongo que es porque tiene de generalísima de su campaña a Michelle Bachelet, que ha frenado al país en tales términos que una porción importante del electorado, cuyo 90 % no sabe ni entiende nada de nada, sólo quiere que por fin se vaya y deje de hacer leseras y lo único que recuerda es que antes había gobernado Piñera frenando mucho menos al país, pues sólo cayó del 30° al 34° en el ranking de competitividad mundial, aumentó en 50 % su endeudamiento y disminuyó su inversión pública, pero se podía vivir con eso y no con el caos del aumento de impuestos, cero inversión, menos de 2 % de crecimiento, huelgas por doquier, delincuencia desatada, gratuidad universitaria desfinanciada y Araucanía en llamas que ha generado Bachelet.

Por mi parte, siempre les digo a los que votan por Piñera: “¡qué agradable es tener un candidato probo, de derecha y que no se ríe de uno, como José Antonio Kast!” Y estoy seguro de que casi siempre diviso un destello de envidia en su mirada.

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