El Presidente de Francia, Emmanuel Macron, recibe hoy a su par ruso, Vladimir Putin, en el castillo de Versalles. Calificada de «visita de trabajo», la cita podría servir de plataforma para «relanzar» las relaciones diplomáticas, hoy estancadas.
Cuando el gobierno francés anunció la visita del presidente Vladimir Putin a Francia y su encuentro con el mandatario Emmanuel Macron, muchos analistas se dijeron sorprendidos. De todos los candidatos a la presidencia francesa, Macron fue quien tuvo la actitud más virulenta hacia Moscú. Más aún, el encuentro se produce menos de un mes después que el presidente francés inició su mandato. La presidencia francesa ha clarificado la situación. Mantendré una conversación «exigente» y «sin concesiones» sobre la crisis en Ucrania, dijo Macron el fin de semana durante su desplazamiento a Italia donde participó en la Cumbre del G-7.
París y Moscú están interesados en reactivar sus relaciones diplomáticas que iniciaron hace 3 siglos, que traza la exposición «Pedro el Grande, un Zar en Francia. 1717», que inauguran ambos mandatarios en el castillo de Versalles este lunes y que sirve de escenario para el encuentro entre Macron y Putin. «Hay que superar la desconfianza mutua», dijo el jefe del Kremlin el 7 de mayo, cuando se dio a conocer la victoria de Macron tras la elección presidencial francesa.
Las relaciones bilaterales entre Moscú y París se deterioraron considerablemente a partir de 2013 y el inicio de la crisis en Ucrania. La crisis se tensó más aún cuando el gobierno francés canceló definitivamente la venta de dos fragatas de combate a Moscú (2015) y llegó a su clímax en octubre del 2016 cuando la visita que Putin debía hacer a París para inaugurar un «centro espiritual ortodoxo ruso», que debe albergar una catedral ortodoxa, fue anulada a última hora por el dirigente ruso.
Pese a las divergencias las relaciones nunca han sido suspendidas. Tanto o más significativo, un documento difundido por Moscú ante de la cita subraya que «ninguna de las cerca de 500 empresas francesas instaladas en Rusia ha abandonado ese territorio».
Emmanuel Macron quiere aprovechar la cita para asentar su estatura de presidente. La agenda y la coyuntura política podrían ayudarle. La semana pasada dio sus primeros pasos en el plano internacional, primero con su participación en la reunión de la OTAN, en Bruselas, y el fin de semana en la cumbre del G-7, en Italia. Es Macron quien deberá informar a su huésped sobre el alcance de los acuerdos pactados en esas reuniones. El embajador ruso en Francia, Alexandre Orlov, ve en esta cita «un nuevo punto de partida de nuestras relaciones». Citado por la agencia rusa RIA Novosti el representante diplomático añade «Creo que entre Macron y Vladimir Vladimirovitch, existen muchos puntos comunes y deberán comprenderse».
La lista de puntos a discutir durante esta «visita de trabajo» como la califica el Eliseo, o «intercambio de opiniones» como prefiere llamarla el Kremlin, es tan basta como difícil. Combate al terrorismo, la crisis Siria, el conflicto en Ucrania, la violación de derechos humanos en Chechenia. Las organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) emitió un comunicado en el que afirma que el encuentro de Putin con Macron será un examen sobre la manera como el presidente francés incluirá el tema de los derechos humanos en su política exterior. Amnistía Internacional (AI) Francia realizó un acto de protesta en la Torre Eiffel para denunciar la política represiva en contra de los homosexuales en Chechenia.