La nueva legislación dice que aquellos encontrados culpables de comer carne felina o canina serán multados. La prohibición también cubre la venta, posesión o compra de cadáveres de gatos y perros.
Este cambio positivo se atribuye sobre todo al cambio de actitud sobre estos animales en Taiwán: aumentan los dueños de mascotas en el país, lo que hace que dejen de verlos como carne y más como compañeros, y posiblemente, amigos que no te comerías.
Puede que la presidenta Tsai Ing-wen tenga algo que ver con esto, ya que durante su campaña electoral, se posiciónó como una amante de los animales que tiene 2 gatos y ha adoptado 3 perros.
Aunque esta prohibición es una gran victoria, la lucha para abolir la carne de perros y gatos continúa. En China se matan cada año 100.000 perros en el festival de Yulin, por ejemplo. Esperamos que otros países asiáticos tomen a Taiwan como ejemplo y sigan su camino.