Los ministros de Relaciones Exteriores de numerosos países acordaron nuevos aportes financieros en la Conferencia Internacional sobre Siria, en Bruselas. Enviar señales de esperanza nunca resultó fácil, en vista de la brutalidad cotidiana de la guerra. Pero desde el ataque con gas tóxico en el noroeste del país, se ha vuelto aún más difícil.
«Lo que vimos ayer nos horrorizó a todos”. Las palabras de la encargada de la política exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, subrayaron la tónica que marcó el encuentro. Para el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el ataque con armas químicas es una prueba más de los crímenes de guerra que se cometen permanentemente en Siria, que deben ser investigados y sancionados. «Al mismo tiempo, estos incidentes demuestran cuán importante es esta conferencia para ejercer presión sobre las partes en conflicto y sobre los países que tienen influencia sobre los bandos en pugna”, indicó Guterres. Y con ello aludió a uno de los principales objetivos del encuentro: volver a poner en marcha las bloqueadas conversaciones de paz.
Assad en la mira
Sin embargo, después de que un territorio controlado por opositores al régimen de Assad fuera atacado presuntamente desde el aire con gas tóxico, la paz parece aún más lejana. Quien realmente podría presionar al régimen sirio es su potencia protectora, Rusia. Así lo subrayó también el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Sigmar Gabriel. Al mismo tiempo, advirtió empero que, en aras de la lucha contra el terrorismo, Estados Unidos podría aceptar que el régimen de Assad se estabilizara.
Semejante situación no resultaría aceptable tampoco para el ministro británico de Relaciones Exteriores, Boris Johnson. «Todas las evidencias que he visto hacen suponer que el régimen de Assad, con plena conciencia, utilizó armas ilegales en un taque bárbaro contra su propia población”, dijo el jefe de la diplomacia de Londres. «No veo cómo semejante gobierno pueda seguir representando una administración legítima para la población de Siria”, agregó.
Ayuda para los refugiados
Sigmar Gabriel exhortó a Rusia a apoyar la prevista resolución de la ONU para aclarar lo ocurrido. Pero no perdió de vista uno de los objetivos centrales del encuentro: conseguir que no se interrumpa el flujo de ayuda a Siria y a los países vecinos, que albergan a millones de refugiados.
El ministro alemán comprometió nuevos fondos de ayuda por más de mil millones de euros para este año y el próximo. El dinero se destinará a refugiados en la propia Siria, pero también en el Líbano, Jordania y Turquía.
Los donantes, comenzando por la UE, se proponen al menos mitigar con ayuda financiera el sufrimiento de los afectados, en vista de que no pueden imponer la paz en Siria.