Hace tiempo que Aguas Andinas, la sanitaria de capitales españoles, está en la mira de los alcaldes y de las autoridades por sus sucesivos cortes de agua que ahora –por causas del cambio climático como dicen ahora- son más frecuentes, pero la crítica que se le hace a la empresa es que no ha hecho las inversiones necesarias que podrían minimizar los efectos de las lluvias que generar la alta turbiedad en el principal afluente de la empresa, el río Maipo que baja de la cordillera en la zona del Cajón del Maipo.
Los tres grandes cortes de agua se han registrado: 16 abril 2016; el 16 febrero 2017 y ahora este 21 abril 2017.
El corte de febrero pasado dejó al desnudo las falencias de la empresa para enfrentar las emergencias con pocos puntos de suministro de agua, por lo que las comunas deben enfrentar con sus recursos la emergencia y disponer de camiones aljibes y montar una logística de emergencia que en buenas cuentas supera la puesta por Aguas Andinas.
Estos inconvenientes provocaron que Aguas Andinas comenzara una ronda de reuniones con cada uno de los alcaldes de las comunas afectadas y molestas con la compañía, ya que en estas emergencias la ciudadanía exige soluciones que en definitiva cubren los municipios y no la empresa proveedora del servicio de agua potable. Mismas reuniones mantuvo con autoridades del gobierno central.
Entre los acuerdos en que ha avanzado Aguas Andinas –hasta esta emergencia- es mejorar y aumentar los puntos de distribución y la capacidad de los contenedores de agua. Todos los ediles coincidieron en que los recipientes puestos por la empresa no dan abasto por ser pequeños (mil litros), por lo que la sanitaria se comprometió a colocar estanques de 3 mil y 5 mil litros y con mas surtidores para evitar las largas filas dado que hay una sola llave para llenar los bidones y recipientes de los vecinos.
Al mismo tiempo los ejecutivos de alto rango que se han reunido con los alcaldes, han señalado que no pueden realizar mayores inversiones de mejoramiento de la red sin que estos se reflejen en las cuentas de los clientes, dado que –señaló una fuente a Infogate- la ley así lo establece, explicó un gerente de la compañía.
Pero resulta curioso que la empresa no haga inversiones en mejoramientos sin castigar a los usuarios ya que sí tiene recursos multimillonarios para financiar actividades políticas, así quedó establecido en el escándalo de corrupción que llevan adelante los fiscales del Caso Penta y SQM: “En cuatro años, Aguas Andinas realizó 196 pagos a fundaciones, corporaciones y think tanks ligados tanto a la Nueva Mayoría como a la Alianza. Así lo revelan sus libros de compras desde 2010 a 2013, los cuales son parte de la contabilidad que actualmente está en manos de los fiscales que investigan el caso Penta-SQM. El monto total desembolsado a estas entidades por la sanitaria fue de $ 341.486.181”, informó La Tercera el pasado 27 de mayo de 2015.
En esta misma línea Ciper Chile (medio de investigación periodística que era financiado por Alvaro Saieh dueño del Grupo Copera) , publicó el 4 de enero de 2016 un extenso reportaje en que reveló las operaciones de la sanitaria para financiar a políticos: “Platas políticas: la generosa billetera de Aguas Andinas. A pesar de que Aguas Andinas rectificó dos veces ante Impuestos Internos gastos sin respaldo contable, y que la Fiscalía y el SII tienen evidencias de pagos de la sanitaria a sociedades ligadas a Sebastián Piñera, Pablo Longueira, Laurence Golborne, al yerno de Eduardo Frei, Pedro Yaconi y a una corporación ligada a la UDI, la situación judicial de la sanitaria está en la hielera. Su contabilidad arroja además pagos por $422 millones a think tanks de todos los sectores políticos. Es un caso sensible pues la sanitaria está sometida a una regulación de la que dependen la tarifa del agua y sus ganancias”.
En ese mismo reportaje-denuncia de Ciper, se hace referencia al “código ético de Aguas andinas”.
“Aguas de Barcelona –que controla el 50,1% de Aguas Andinas a través de Inversiones Aguas Metropolitanas – tiene operaciones en 24 países, aunque tal como reveló CIPER en un reportaje publicado a fines de 2014, Chile se ha transformado en una verdadera joya para los intereses del grupo”.
Tanto su operación en Chile como las que mantiene en los 23 países restantes están sujetas a un Código Ético que aplica a todas las empresas del Grupo Agbar. Entre los valores y principios de cabecera del Código Ético del grupo están la integridad, el respeto, la honradez y el actuar de acuerdo con leyes y normativas. Cuando Agbar habla de integridad, por ejemplo, remite entre otras cosas a la prohibición de financiar la política.
“La política del grupo consiste en abstenerse de financiar cualquier actividad política. En los países en los que este tipo de financiación esté permitida, el grupo puede, bajo determinadas condiciones, someter a consideración la realización de aportaciones”, señala el Código Ético del grupo que puedes revisar acá: codigo-etico-AGBAR
Lo que no se logra entender es cómo millones de capitalinos quedan a merced de una sola empresa proveedora del servicio de agua potable y ante la más mínima lluvia colapsa ante el silencio de las máximas autoridades de la nación y de los parlamentarios. Hasta ahora solo los alcaldes son los únicos que han tratado de levantar la voz.