Abd Alkader Habak es reportero gráfico en Alepo, la mayor ciudad de Siria, reciente escenario de un atentado contra un convoy de evacuados que dejó más de 100 muertos, 68 de ellos niños rescatados tras abandonar el viernes sus hogares en los pueblos chiíes de Fua y Kefraya. Un auto bomba se introdujo en la zona con el pretexto de entregar ayuda humanitaria y explotó en Al Rashidín, a las afueras de la ciudad de Alepo, donde las víctimas estaban esperando a ser trasladadas a su destino final.
El atentado dejó decenas de muertos y numerosos heridos sin más ayuda que los servicios médicos que colaboraban en la evacuación y los periodistas que cubrían la zona. Entre ellos Abd Alkader Habak, cuya imagen cargando en brazos con un niño herido y llorando después derrumbado junto a un cadáver de un menor se convirtió el pasado fin de semana en icono de la tragedia en Alepo.
Syrian videographer @AbdHabak, who was reporting from Khan Sheikhoun last week, at the scene of today's massacre. Haunting. pic.twitter.com/qfu90zgkoX
— Omar Ghabra (@omarghabra) 16 de abril de 2017
El propio Abd Habak daba su versión de lo ocurrido desde su propia cuenta de Twitter: «Lo que mis colegas y yo hemos hecho hoy es lo que inspira nuestra humanidad a aquellos que han sido socios en el asesinato de los niños de Khan Sheikhan».A finales del año pasado el fotógrafo y cineasta sirio concedía una entrevista desde la zona sitiada de Alepo oriental para un medio sueco y relataba su implicación para ayudar a las víctimas del conflicto en la zona.
What I and my colleagues have done today is what inspires our humanity to those who were partners in killing the children of #Khan_Sheikhan
— Abd Alkader Habak (@AbdHabak) 15 de abril de 2017
«No se puede elegir. Si estás en un lugar donde se lleva a cabo una matanza, te ves obligado a actuar. Si te encuentras en un hospital, tienes que dar las vendas a los heridos. Si estás donde hay refugiados, tienes que cooperar», contaba Abd Habak antes de hacer un llamamiento a la comunidad internacional alertando del «holocausto» en la zona. «Toda la humanidad ve lo que está sucediendo aquí. Yo no creo en nada más. No hay un solo canal que no muestre lo que está sucediendo en Alepo.
Todo el mundo sabe y todo el mundo ve lo que está pasando. Él, pese a la situación, permanece en Alepo. «Todavía estamos aquí, civil o activistas, condenados a muerte en todo caso. No he tenido la oportunidad de salir, pero incluso si pudiera, me quedaría. No puedo dejar a miles de personas detrás de mí para que sean ejecutados. O estamos todos juntos o morimos todos juntos», contaba en SVT News. Cuando un niño muere en mis manos, ¿qué debería hacer? No nos sentimos como los demás».