Los afluentes Mocoa, Sangoyaco, Taruca y Mulato fueron los que se desbordaron por las lluvias y causaron la avalancha en Mocoa.
Hpoy Mocoa es un pueblo desolado, pues la avalancha provocada por los desbordamientos de tres ríos no solo se llevó más de 200 vidas sino que dejó a esta capital, de unos 65.000 habitantes, sumida en una gran crisis humanitaria, sin luz, ni agua, ni gas, ni teléfonos fijos, ni gasolina, señala el relato del diario El Tiempo.
Aunque al final de la tarde del sábado para sus poblares era claro que la prioridad de los organismos de socorro era el rescate y la atención de las víctimas, también clamaban porque ya se sentían las consecuencias de la destrucción de la infraestructura local.
“Hay mucha desolación, es un clima de caos, de crisis. No hay alimentos. La galería fue arrasada y las pocas tiendas, los pocos supermercados que no resultaron afectados no abrieron, el comercio está cerrado, no hay casi comida, la gente deambula con la poca ropa que le quedó, todavía embarrada”, narró el periodista Élver Monje.
Contó que tras la avalancha hubo intentos de saqueos en algunos supermercados, lo que hizo que los dueños cerraran y decidieran vender, en algunos sitios, solo a los vecinos a puerta cerrada.