Lo más probable es que la hayas experimentado más de una vez en tu vida; tal vez la hayas identificado al instante o tal vez no.
¿Qué es la ansiedad?
En pocas palabras, es un sentimiento de aprehensión a un evento que está por suceder. Es anticipar el futuro pero con escenarios hipotéticos que resultan aterradores. Es decir, la ansiedad es ese sentimiento fatalista que te hace creer que aquella presentación en la que tanto has trabajado va a salir mal y todos dudarán de tus capacidades. Aquellas imágenes que se producen en tu mente pueden tener reacciones físicas como un aumento en tu ritmo cardiaco, pérdida de concentración, insomnio, cambios de humor y, eventualmente, depresión.
Podemos resumir a la ansiedad como una respuesta emocional a un “peligro” percibido –aunque este no necesariamente sea real. Y no, no hablamos de un riesgo que implique condicionar tu vida, hablamos de acciones tan sencillas como pasar mucho tiempo en el tráfico, encontrarte ante una bandeja de entrada llena de correos sin leer, perder tus llaves por la mañana, olvidar tu teléfono en casa, terminar una relación sentimental o discutir con tu hermana.
Si después de leer esto te has sentido identificado con los síntomas y/o las situaciones, tenemos que felicitarte: has logrado localizar el problema y ahora podrás tomar cartas en el asunto.
Cuando se habla de ansiedad, existen dos posibles escenarios: si tus cuadros son moderados, hay ciertos gestos que puedes hacer para ayudarte a lidiar con ella, pero si estos son severos, necesitarás ayuda profesional para tratar el desorden de fondo.
Todos se han sentido igual que tú alguna vez en la vida y tiene solución. Puedes empezar con estos simples consejos…
1. Medita: si tu ritmo cardiaco se ha acelerado, la meditación es una increíble herramienta para recuperarlo. Puede ser un ejercicio tan sencillo como inhalar y exhalar profundamente 5 veces.
2. Escucha música: darle a tu mente esa sensación de “desconexión” puede ser tan sencillo como escuchar tu canción favorita. Incluso cantarla o tararearla en tu cabeza puede lograr ese efecto calmante.
3. Encuentra un hobby: una actividad de ocio puede funcionar como un ‘placebo mental’. Llamémosle hobby a colorear mandalas, armar rompecabezas o practicar jardinería.
4. La técnica de los cinco sentidos: una técnica que ha mostrado ser muy efectiva para recuperar la paz mental. Nombra cinco cosas que puedas ver, cuatro que puedas sentir, tres que puedas escuchar, dos que puedas oler y una que puedas probar. Increíble para ubicarte en el “aquí y ahora”.
5. Toma una caminata: nada mejor para recuperar un poco de perspectiva que salir del ambiente en el que te encuentras. Levántate, sal por aire fresco y toma una breve caminata, tu mente lo agradecerá.
Fuente: Vogue