En Chile y el mundo existen criterios compartidos para clasificar a las empresas: facturación, número de trabajadores, sector de la economía e industria. Si bien son útiles, son insuficientes para entenderlas en un aspecto medular, es decir predecir su proyección y por lo tanto la de los países en los que habitan. Puesto que esa categorización tradicional no traduce ni la vocación ni su potencial de crecimiento de dichas empresas.
Para Francisco Cerda, fundador de Gudcompany “las empresas que quedan fuera son esas empresas de tamaño relevante en facturación y trabajadores, que pueden haber salido de Chile, que siendo familiares o no, han superado la etapa de supervivencia, pero que tienen un espacio importante de profesionalización. Empresas con vocación de crecimiento, mejora e incluso de innovación. Esas… no tienen un nombre que las distinga. No son emprendimientos, no son PYMES y tampoco son parte de una corporación multinacional, o abierta a bolsa…pero si son valiosas y claves para el desarrollo del país”.
Gudcompany ha desarrollado un modelo para entender esas empresas y potenciar su desarrollo. Bajo el concepto de Madurez Organizacional están logrando apoyar a más de 25 empresas y 3 instituciones sin fines de lucro a dar ese salto trascendental que puede marcar la diferencia de cara al futuro de ellas. “Nuestro modelo consiste en 2 grandes ejes, técnica y ética, y luego 9 variables en 5 niveles, que integran en una sola mirada elementos como cultura, estilo de liderazgo, motivación, gobierno corporativo, estrategia y robustez de procesos. Busca hacerse cargo del fenómeno completo del hacer empresa que explica su desarrollo, éxito y sostenibilidad, y no por partes, como suele suceder”.
Desde la mirada de Madurez Organizacional, Gudcompany ha logrado hacer diagnósticos que a juicio de sus clientes por fin los interpreta en todo lo que son y explican como empresa. “En el negocio, la organización con sus aspectos duros y blandos, las personas, e incluso la realidad de quienes tienen su propiedad y las lideran. Con todas las variables que se quiera o no, influyen al final del día. Como estilo de personalidad, relación con el dinero, preguntas sobre el sentido de la vida y el legado, o la dinámica relacional en el caso de empresas familiares” comenta Francisco Cerda.
Lo que hacen es trabajar en todas las variables que explican el desarrollo de las empresas: la definición de la filosofía corporativa, planificación estratégica, re-diseños organizacionales, desarrollo del gobierno corporativo, cambio cultural, o desarrollo del liderazgo, entre otros. “Dichas empresas de tamaño relevante, definen muchas veces por primera vez una estrategia integral más allá del negocio. Si le sumas armar un directorio, y alinear a quienes lideran la compañía, el resultado es que las empresas declaran que al fin, ven la posibilidad cierta de dar el salto y proyectarse con mayor seguridad en el largo plazo” finaliza Francisco.
Esas 12.000 empresas merecen mayor consideración, puesto que potenciando su nivel de Madurez Organizacional es posible liberar su potencial de generar más valor, ser sostenibles y así contribuir significativamente al desarrollo país.
