Un nuevo dolor de cabeza enfrenta el ex Presidente Sebastián Piñera, luego que se revelara este viernes la compra de empresas que estaban sin actividad y quebradas, las cuales fueron usadas para declarar pérdidas millonarias y así descotar impuestos.
Un reportaje de Ciper Chile da cuenta que ese sistema fue una práctica común durante la década de los 90 (1996 y 2004), cuando grandes empresas declararon enormes pérdidas ante el Servicio de Impuestos Internos (SII) para que se aplicara dicho beneficio tributario.
La información consigna que entre las firmas que se acogieron a dicho método figuran Inversiones Bancard Limitada, que en ese periodo era propiedad del ex presidente Sebastián Piñera y de sus hijos; Empresas Penta S.A. de Carlos Eugenio Lavín y Carlos Alberto Délano; Inversiones San Patricio S.A. e Inversiones Quitalmahue S.A., ambas vinculadas a los controladores de Falabella; e Inversora Costa Verde Limitada, que pertenecía a la familia Cueto, controladora de Latam.
La información da cuenta de una serie de documentos a las que se tuvo acceso y en la se evidencia cómo el ex mandatario adquirió varias empresas “zombis” de propiedad de Manuel Cruzat, siendo al menos cuatro de ellas usadas por Inversiones Bancard Ltda. para que declarara pérdidas por $44 mil millones.
En tanto, desde fuentes al interior del SII se señala que a la empresa de Piñera solamente se le cuestionaron las declaraciones de impuestos del 2002, 2003 y 2004, cuya suma en deuda fue de $261 millones en impuestos.
A pesar que Bancard sostenía tener pérdidas de $980 millones, el SII estableció que la firma había registrado utilidades por $547 millones en ese periodo.
El reportaje consigna que a Bancard se le ofreció la condonación habitual para estos casos, la cual fluctuaba entre el 50% y 70% de las multas e intereses, lo cual fue aceptado y rectificaron su declaración, pagando $261 millones.