La constructora brasileña OAS desvió 6.150.000 dólares, a través de contratos ficticios en la ejecución del proyecto Línea Amarilla o Vía Parque Rímac, presuntamente para el pago de sobornos, de acuerdo con la delación del contador Roberto Trombeta ante la fiscalía brasileña, revela La República, además surge el nexo con Chile.
Trombeta ha revelado y entregado diversos documentos que describen y prueban el esquema legal utilizado entre agosto del 2012 y febrero del 2013 para el desvío de fondos que desde Lima pasaron por Chile, España, Holanda, Andorra y llegaron a Suiza, bajo control –desde Panamá y Brasil– del operador Alberto Youssef.
Desde Brasil, parte de este dinero habría retornado en efectivo a Lima. La comisión investigadora del Congreso que presidió el ex congresista Juan Pari detectó que en marzo del 2013 cuatro colaboradores de Youssef transportaron US$ 1.200.000 en efectivo, que se entregaron a los directivos de OAS en Perú.
Proyecto Línea amarilla
Trombeta relató a los fiscales que el 2012 fue contratado por los consultores uruguayos Fernando Belhote y Marcelo Chakiyan y por funcionarios de OAS para asumir el control accionario de la empresa off shore Kingsfield Consulting Corp, creada en Panamá por Mossak Fonseca.
Además, dice la declaración del contador carioca, que se le encargó armar contratos ficticios para retirar recursos económicos de las subsidiarias de OAS en Ecuador, Perú y Guatemala. Sobre el Perú dice que los fondos se retiraron del Proyecto Línea Amarilla, que OAS desarrolla con la Municipalidad de Lima desde marzo del 2009.
El Proyecto Línea Amarilla fue una iniciativa privada de la constructora OAS, matriz Brasil, propuesta al municipio de Lima, en marzo del 2009. El Concejo Metropolitano aprobó el proyecto, con una inversión de 571.200.000 dólares, a cambio de la concesión de los peajes de Lima por 30 años.
El contrato de concesión se firmó el 27 de octubre del 2009, entre el representante de Constructora OAS Ltda., Valfredo de Assis Ribeiro Filho (asesorado por René Cornejo) y el municipio representado por la gerente de Promoción de la Inversión Privada, Lucy Giselle Zegarra Flores.
La ruta del dinero y el nexo con Chile
Para desviar los fondos, señaló Trombeta, Constructora OAS, sucursal del Perú, representada por Leonardo Francassi Costa, firmó un contrato ficticio de consultoría técnica con la constructora chilena Andreu Ltda., representada por Juan Cristian Andreu Mata.
Así, OAS Perú transfirió US$ 6.150.000 a la cuenta de Andreu. Luego la empresa chilena firmó otro contrato con la empresa española DSC Workshop Obras, Construcciones e Promociones, que recibió a su vez una transferencia de US$ 5.996.250.
Con base en nuevos contratos, el dinero pasó a las empresas Natland Financiera y Lion’s Soul Corporation, con sede en Amsterdam, Holanda, que a su vez realizaron tres transferencias, por un total de US$ 5.760.250, a una cuenta de Kingsfield Consulting en el Banco Privado de Andorra.
Las transferencias se realizaron el 8 de noviembre del 2012, 10 de enero del 2013 y el 12 de febrero del 2013. El dinero siguió circulando hasta una cuenta de Youssef en Suiza, que en total recibió 14 millones de dólares. Otros 8,6 millones llegaron, en un esquema similar, desde OAS sucursal Ecuador.
El 13 de febrero del 2013 se firmó la primer adendum al contrato con OAS, en la gestión de la alcaldesa Susana Villarán, que amplió a 40 años la concesión del proyecto ahora denominado Río Verde.
OAS y su descripción oficial
El sitio de la empresa OAS reseña:
OAS nació en 1976, en Bahia, con actuación en el sector de ingeniería e infraestructura. Hoy es un conglomerado multinacional brasileño, de capital privado, que reúne empresas presentes en territorio nacional y en más de 20 países. Con más de 100 mil colaboradores, es un referente en emprendedorismo, seguridad y calidad. Hoy, OAS se establece en dos áreas complementarias: OAS Engenharia S.A., responsable de la ejecución de obras de la construcción civil pesada en los sectores público y privado, como estradas, aeropuertos, hidroeléctricas, presas y puertos, y OAS Investimentos S.A., con su foco en inversiones de infraestructura, saneamiento, estadios multiuso, aceite, gas, concesiones de vías urbanas, carreteras, metros y aeropuertos. El formato de la empresa le permite atender a clientes privados y públicos, concesiones y PPPs (asociaciones público privadas). OAS amplió rápidamente sus actividades en el extranjero, con importantes obras estructuradoras, como la Central Hidroeléctrica de Baba en Ecuador y la carretera de Potosí-Uyuni, en Bolivia, entre otras. En Brasil, tiene presencia decisiva en sectores fundamentales para el desarrollo del país, como recursos hídricos, energía e infraestructura urbana, aeropuertos y puertos, contando aún con la fuerte expansión en transporte de masa en los estados de São Paulo y Rio de Janeiro.