¿Por qué encontramos en nuestros perros esa gran compañía y comprensión que a veces cuesta conseguir con otras personas? Esa es una de las preguntas que más nos hacemos, aunque sin importar la respuesta, lo cierto es que ellos son incondicionales y que han llegado a nuestras vidas para alegrarla.
Ahora, ¿alguna vez has hecho el experimento de compararte físicamente o en personalidad con tu perro? Te proponemos un ejercicio, pero antes debes ser consciente que el animal es netamente tuyo, o por lo menos que tú seas su persona favorita de la familia. Párense frente a un espejo y trata de buscar los rasgos comunes que hay entre ustedes, si no nos equivocamos, te darás cuenta que son más de los que crees.
En diferentes ocasiones, científicos y psicólogos han estudiado estas semejanzas y de hecho concordaban que sí había semejanzas físicas entre dueños y perros. Uno de los estudios fue el del psicólogo japonés Sadahiko Nakajima de la universidad Kwansei Gakuin, quien aseguró que esto se basa en el ‘Efecto de la mera exposición’, o principio de familiaridad, es el causante de que las personas compren o adopten mascotas que tienen rasgos en común con ellos.
Según la investigación de Nakajima, los ojos son el principal elemento relacionado entre dueños y perros, ya que los participantes acertaron la pareja amo-mascota 74% de las veces cuando vieron únicamente la región ocular de ambos.
El psicólogo Michael Roy de la Universidad de California también apoyo esta teoría y aseguró que toma más fuerza aún, ya que puede ser una derivación de la forma en que los humanos buscan pareja: se dice que sin darnos cuenta, elegimos personas que se parecen a nosotros para asegurar, por medio de los genes, que habrá compatibilidad.
¿Qué hay de la personalidad?
El fuerte vínculo que hay con el perro también tiene que ver con que hay una clara compatibilidad y entendimiento sobre nuestros hábitos de vida. Parece obvio, pero todo tiene su explicación y menos mal hay mentes curiosas que lo investigan.
Un reciente estudio de la Universidad Viena Viena, Austria entrenaron a 132 canes junto a sus amos y los analizaron con pruebas de comportamiento. Observaron cómo respondían a ciertas amenazas y monitorearon marcadores físicos como la frecuencia cardíaca y muestras de saliva para detectar la hormona del estrés cortisol.
Las personas también llenaron una encuesta para medir los niveles de los cinco grandes rasgos de personalidad, de acuerdo al equipo de investigación: simpatía, neuroticismo, extraversión, conciencia y apertura. Luego, completaron un cuestionario similar sobre las personalidades de sus mascotas.
Los resultados, publicados en la revista PLOS, arrojaron similitudes sorprendentes entre el carácter de uno y otro. Cuanto más ansioso y neurótico resultaba el dueño, el perro también desarrollaba esos defectos. Por otro lado, los canes más tranquilos fueron más propensos a pertenecer a los propietarios más relajados.
Fuente: 4patas.com.co