Sus divertidas fotos muestran cómo las portadas de los libros encajan inusualmente bien en la vida diaria, sobre todo cuando reflejan a las personas que los sostienen. Es un clásico ejemplo del ingenio francés, y a los más de 21.200 seguidores de la librería Mollat les encanta. Mollat fue la primera librería independiente en Francia, y abrió sus puertas en Burdeos en 1896, un legado que sus empleados solo ayudan a reafirmar.