La locura es total en Arkansas, Estados Unidos, ya que desde el pasado jueves los violadores podrán demandar a sus víctimas si intentan hacerse un aborto, luego que el gobernador, Asa Hutchinson, firmara un proyecto de ley que prohíbe el procedimiento de interrupción del embarazo más común en el segundo semestre de gestación, lo cual es considerada entre las leyes de aborto más restrictivas de ese país.
La ley llamada “Protección de niños no nacidos de actos de abortos de desmembramiento” se supone que entrará en vigor este año, posiblemente en la primavera, lo cual permitirá que el padre pueda denunciar al médico que realice el aborto y reclamarle una compensación económica.
La nueva ley le entrega la potestad al marido para tratar de impedir el aborto, incluso cuando el embarazo sea fruto de una violación.
Es en estos casos, cuando el hombre no podrá reclamar indemnización a la mujer, pero sí detener el aborto, al igual que los padres de una mujer, o sus tutores legales, en caso de ser menor de edad.
Además, los detractores de esta nueva ley señalan que existe un vació legal en ella y permitiría a la familia de un violador poder denunciar a su víctima si pretende abortar, cuando se argumente que pueden hacerse cargo de la manutención del bebé o, en caso de que la víctima renunciase a su maternidad, quieran hacerse cargo de él.
Además, también en caso de incesto, por lo que si un padre tiene relaciones con su propia hija y fruto de esto se gesta un hijo, la familia de la niña (que es la misma que la de él) está en contra de que aborte lo puede impedir.
En tanto, quienes se oponen a la ley, que ha sido aprobada gracias al dominio republicano de las dos cámaras legislativas estatales, han indicado que lucharán en los tribunales por considerarla una legislación «anticonstitucional».