Las cejas para mí han sido una fascinación desde niña. Recuerdo en mis primeras Vogue que coleccionaba a la model Megan Ewing. Sus cejas gruesas, muy gruesas eran la total inspiración para mí. Pero la tendencia entonces (finales de los 90) era depilarlas grueso de adelante y muy perfilado al final (fail total).
Después (mucho después) llegó el boom por Cara Delevingne y sus cejas gruesas, gruesas, gruesas en natural. Aceptar tus cejas tal y como son se convirtió en tendencia.
Hoy me encuentro con un nuevo descubrimiento y nueva obsesión. Una promesa del modelaje latinoamericano. La chilena-americana Sofia Stitchkin (su apellido es de ascendencia Rusa) tiene 21 años y las cejas más perfectas que he visto. Abundantes, largas y muy sofisticadas.
«De niña, mi mamá me dio el secreto que para que quedaran más lindas debía peinarlas con cepillo de dientes. Me encanta peinarlas hacia arriba y lo hago siempre porque encuentro que las cejas dan la personalidad al rostro. Y me encanta las cejas despeinadas. Nunca las he depilado. Hubo una etapa que me molestaban un poco y no entendia que eran únicas y que poca gente las tenía así, ¡he aprendido que mientras mas naturales más lindas!»
«La verdad no uso nada para hidratarlas, pero si tengo dos fijadores uno transparente y otro con color para que queden fijas cuando las peino y me duren todo el día en la misma posición.»
Para la historia de moda de Vogue.mx, Olivia Velasquez, la make-up artist colombiana radicada en Nueva York comenta:
«Simplemente Sofía como es una mujer de cejas contundentes tanto gruesas como pobladas lo único que hicimos para el shoot fue hidratarlas con un aceite de Smashbox y después peinarlas en dirección vertical (en este caso) o perpendicular a las cejas si no se quiere un resultado tan editorial. Y un truco es aplicarle un poco de fijador de pelo al cepillo de cejas para que las cejas mantengan el shape».
Fuente: Vogue México