Por medio de una resolución, los parlamentarios solicitaron reconocer los derechos de los adultos mayores, crear una política general de respeto a sus derechos y promoción de una vida activa, saludable, con espacios de recreación, acceso a la cultura e integración, la que se dirigiría el Ministerio del Adulto Mayor, así lo que pide la Sala de la Cámara de Diputados a la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, a través de la resolución 770.
La petición, aprobada por 89 votos a favor y 10 abstenciones, fue presentada a la Cámara por los diputados José Pérez (PRSD), Alejandra Sepúlveda (MIRAS), Claudio Arriagada (DC), Loreto Carvajal (PPD), Víctor Torres (DC), Iván Flores (DC), Carlos Abel Jarpa (PRSD), José Miguel Ortiz (DC), Marcos Espinosa (PRSD) y Enrique Jaramillo (PPD).
Según expresaron los legisladores, es necesario iniciar una nueva etapa en nuestras políticas públicas, de manera de garantizar adecuadamente los derechos de los adultos mayores y avanzar decididamente hacia una mayor justicia y equidad.
En esa línea, agregaron que el grupo de los 75 años y más, es el que crece de manera proporcional y se ve más afectado por enfermedades que tiene como consecuencia la perdida de funcionalidad y hasta autonomía.
Añadieron que este importante y creciente grupo etario tiene hoy demandas sentidas en materia de pensiones, salud, políticas de cuidado a las personas con problemas de dependencia, recreación y cultural, así como tantos otros beneficios sociales.
“Se ha avanzado en materia de pensiones básicas solidarias, en la implementación de subsidio en sistemas de transportes, pero falta mucho aún en el reconocimiento de los derechos del adulto mayor y en crear una política general de respeto y promoción de una vida activa, saludable, con espacios de recreación, acceso a la cultura e integración”, afirmaron.
En ese sentido, indicaron, es necesario reflexionar que, así como existen políticas públicas para abordar la educación y la atención desde la infancia, con centros estatales destinados para ellos, el otro extremo de la sociedad chilena todavía espera por un trato y atención de real magnitud y dignidad para los hombres y mujeres de la tercera edad de nuestro país.