Pertenecer a una comunidad de individuos que están abiertos a intercambiar ideas, proyectos, conocimiento, y lo más importante, están dispuestos a colaborar. Esa es la premisa básica de lo que hoy está ocurriendo en el país y el mundo, el llamado Coworking.
Esta palabra que se puede simplificar como “el trabajar en conjunto”, reúne a profesionales de diferentes sectores, pero el sello característico es que son emprendedores o profesionales independientes, que comparten el mismo espacio físico para trabajar en sus propios proyectos.
Ya en el año 2012 en Europa había 400 espacios de trabajos de este estilo y, en cinco años, han llegado a convertirse en incubadoras o centros de innovación; tal como ocurre en Chile.
Según Global Coworking Unconference Conference (GCUC), hay más de 10 mil de estos espacios a nivel mundial y que sea han cuadruplicado en los últimos cinco años. Una de sus encuestas reveló el 84% de las personas que trabaja en coworking se siente más motivada y comprometida, el 85% expandió sus redes profesionales y el 89% se siente más feliz
Christian Villalobos, emprendedor y socio de EstudiOffice, ofrece oficinas virtuales, compartidas bajo el sistema de coworking, en pleno barrio Providencia, donde invita a distintos independientes a unirse y poder compartir ideas de negocios.
Villalobos señala que “Esto fomenta las relaciones profesionales y genera una pertenencia a una comunidad, logrando un ecosistema que fomenta la ayuda mutua entre los asistentes al espacio. Estudioffice se caracteriza por ser un lugar muy exclusivo donde convergen distintos emprendedores y jovenes profesionales que requieren una flexibilidad de tiempo y un ahorro en costos al pagar solamente un valor fijo por servicios de de oficina virtual y espacio para trabajar”.
Los espacios de coworking están cambiando el modo de trabajar y la forma de interactuar, y son un reflejo de la aparición de nuevos modelos y nuevas expectativas en el mundo de los negocios y en la sociedad en general.
Además ofrecen una solución para el problema de aislamiento que supone para muchos trabajadores independientes, o incluso microempresas, la experiencia del trabajo en casa.