«Unicef estima que 19.000 de los 31.500 civiles que han huido de Alepo oriental en los últimos días son niños», afirmó este viernes el portavoz de Unicef, Christoph Boulierac.¿, agudizando aún más la crisis humanitaria que vive Siria.
El organismo de la ONU calcula que de los 31.500 desplazados, 18.000 se han refugiado en Jibreen -una área controlada por el régimen al este del área oriental sitiada-; otros 8.500 en Sheik Maqsud -una zona al norte controlada por los kurdos-; y otros 5.000 son desplazados dentro del área bajo sitio.
Siguen los bombardeos sobre la destruida Alepo
El trabajador social Anás al Basha, que se disfrazaba de payaso para animar a los niños de Alepo, falleció el jueves (1.12.2016) en un bombardeo llevado a cabo por fuerzas rusas y sirias, anuncio hoy su hermano Mahmud.
En un comunicado publicado en Facebook, Mahmud explicó que Anás había rechazado abandonar la asediada Alepo para «continuar su labor como voluntario ayudando a los civiles y dar regalos a los niños en las calles para traerles esperanza».
«Lo único que Anás quería era llevar felicidad a los menores de Alepo, Anás no es un terrorista», señaló Mahmud, quien recordó que su hermano era un miembro activo de la sociedad civil que trabajaba día y noche para llevar sonrisas a los niños.
Afirmó que Anás «vivió para que los niños se rieran y fueran felices en uno de los lugares más oscuros y peligrosos del mundo».
La mitad oriental de Alepo, sitiada por las fuerzas armadas sirias, es objetivo de una ofensiva, con el apoyo de Rusia.
Agua contaminada
En un reporte de septiembre pasado UNICEF denunciaba que producto de los bombardeos el agua en la ciudad se ha contaminado.
«Sin embargo, los intensos enfrentamientos nos siguen impidiendo entrar en otras zonas del país, como el este de Alepo. Allí, los bombardeos han obligado a más de 100.000 niños a consumir agua contaminada», señala el informa del organismo internacional.
Los últimos ataques en Alepo han destruido una central de bombeo de agua que atendía las necesidades de 250.000 personas. En UNICEF estamos centrando todos nuestros esfuerzos en arreglar esta bomba de agua.
«Privar a los niños de agua potable los expone a graves brotes de enfermedades, lo que se añade al sufrimiento, miedo y horror que los niños de Alepo tienen que vivir cada día», dice Hanaa Singer, representante de UNICEF en Siria.