Sin duda que el descubrimiento (investigación periodística de R. Bío Bío) de las inversiones de Bancard –empresa del ex Presidente Piñera- en una pesquera peruana y en medio de la demanda que interpuso justamente ese país contra Chile, ha generado toda clase de airadas, enojadas y extrañas reacciones. Una de esas reacciones, a favor del ex Mandatario la realiza este domingo el consultor y amigo personal del empresario, Sergio Melnick que bajo el título “Ataque miserable” usa toda la argumentación que se ha ventilado por estos días. Por cierto Melnick, dice que eto es una operación política por el miedo que genera en el oficialismo el -para él- iniminente regreso de la derecha a La Moneda.
“La nueva mayoría ya ha perdido todo decoro después de la derrota municipal. Están desesperados porque el fantasma de perder el poder los aterroriza. “No le podemos entregar el gobierno a la derecha” es el lema que los mueve, primero como si el gobierno les perteneciera, y segundo con una lógica destructiva o negativa, más que a favor de un proyecto o ideas. Para la nueva mayoría el gobierno significa cientos de miles de empleos y el financiamiento de operadores políticos. Entonces, el fin justifica cualquier medio y recurrirán a las más grandes bajezas para tratar de mantenerlo. Piñera es precisamente la principal amenaza para ellos.
Mi amigo German Becker decía que “cuando se nota la intención se pierde la ilusión”. La intención aquí es obvia y miserable. El único objetivo de la acusación es tratar de debilitar la eventual candidatura de Piñera que hasta esta fecha no tiene contendor real en la Nueva Mayoría. El planteamiento del conglomerado es tan subjetivo, mezquino y voluntarista que finalmente es un tema de maniobra política más que del hecho en sí. Veamos. El primer punto de análisis que debe hacerse, es ver si Piñera ha violado la ley o no. En ese sentido, el diputado Gutiérrez le ha hecho un gran favor, ya que los tribunales certificarán que efectivamente no hay violación de ley alguna.
El segundo punto es determinar si hubo o hay alguien inadecuadamente beneficiado o perjudicado. Hasta aquí no hay evidencia alguna de ninguna de las alternativas. El tercer punto es verificar si hubo alguna forma de uso de información privilegiada que otorgara alguna forma de ventaja. Tampoco hay evidencia de nada parecido. Cuarto, hay que examinar si el fallo, sin duda alguna adverso para nuestro país, tuvo algún efecto en el asunto, lo que la evidencia descarta de plano. Quinto, la discusión acerca de si el fideicomiso era ciego, tuerto, manco, sordo, o lo que sea, es realmente irrelevante, ya que no hay ley alguna al respecto y podría haberlo hecho o no. Lo que sí es relevante es que el proyecto de ley de la Nueva Mayoría al respecto, replica exactamente lo que Piñera hizo en forma voluntaria el 2009. El resto es música, ya que ha sido validado en los hechos.
La Nueva Mayoría de manera orquestada y burda, trata entonces de construir voluntaristamente la idea de que aquí hay nada menos que una traición a la patria, lo que es delirante. Curiosamente, el canciller actual, I. Walker, el ex agente, cinco almirantes y otros ex cancilleres descartan total y absolutamente la absurda tesis. La defensa, señalan todos ellos, fue siempre la mejor posible. Al final, la discusión que queda es si la inversión fue algo “juicioso” o no, o si supo o no de la decisión. Lo primero pertenece a la subjetividad y cada cual puede pensar lo que quiera. Lo concreto, nuevamente, es que nadie ha salido ni perjudicado ni beneficiado de dicha decisión. Lo segundo es dudar de la palabra de un ex presidente. Cada cual puede hacerlo, pero nuevamente es algo personal y subjetivo, a menos que existan pruebas que digan lo contrario.
Todo lo anterior demuestra lo miserable del tema y que no tiene sustento alguno.
Ahora empiezan a sembrar la duda a raíz de las Islas Vírgenes y los impuestos. Otra esquizofrenia. De acuerdo a la OCDE estas islas tienen exactamente la misma calificación tributaria que Chile; por ende, según los acusadores, nuestro país sería un paraíso fiscal. Lo notable es que todas estas inversiones cumplen estrictamente con el capítulo 12, un 100% con la legislación chilena, y son declaradas y auditadas por el SII todos los años. Es decir, pagan rigurosamente todos sus impuestos. Se ha afirmado que Piñera tiene negocios con la empresa peruana, pero no es así; solo tiene acciones, algo esencialmente diferente.
En suma, en Piñera ven la mayor amenaza para perder el poder. Cada día que pasa con este gobierno se engrandece la gestión del ex presidente. Segundo, al parecer no pueden soportar a una persona tan talentosa, que puede ser exitosa en la academia, los negocios, la política, la familia. No puede haber mejor experiencia que esa al servicio de un país. Yo creo que hay una envidia estructural, no muy sana. Es fácil movilizar las emociones de las masas con un discurso irracional y opiniones que dan risa. El señor Insulza, que debiera estar dedicado a La Haya, señaló con un candor que a su nivel ya no le queda, que “no entendía por qué Piñera no ponía todo en un depósito a plazo que le daría una polla gol al año”, y se alejaba así de todo. No entiendo cómo piensa que podría ser presidente con una opinión así.
Finalmente, la discusión difusa sobre si Piñera es juicioso o no, es bastante absurda luego de haber gobernado exitosamente la nación por cuatro años, entregando un país muchísimo mejor que el que recibió, lo que no será precisamente el legado de quienes lo atacan”, remata Sergio I. Melnick.
El lector podrá sacar sus propias conclusiones.