Así lo afirma un reciente estudio publicado por la marca británica Marks & Spencer. De las 2.000 personas encuestadas en la investigación –tanto hombres como mujeres– una décima parte confesó que solía llegar tarde al trabajo porque habían perdido tiempo decidiendo cómo vestirse y uno de cada 20 declaró haber llegado a cancelar la cita al no saber qué ponerse.“Actualmente la imagen es muy importante en nuestra sociedad. Si no vas con la convicción de ir bien vestida, tu seguridad personal y profesional pueden mermar. Por el contrario, si te sientes a gusto te ves capaz de todo. Cuando en un primer encuentro se ofrece una mala imagen resulta difícil cambiar después la opinión negativa que los demás han elaborado sobre ti. Cada vez somos más conscientes de esta realidad, por eso empleamos tanto tiempo en combinar ropa y ofrecer la mejor versión de nosotros mismos”, explicó a El País, Sara Largo, directora de la consultora Tu Asesor de Imagen y Presidenta de la Asociación Española de Asesores de Imagen y Personal Shopper , ASEDAI.
Según los datos de la investigación, incluso después de haber decidido el estilismo del día las cosas pueden ir mal: el 62 % de las mujeres y el 33 % de los hombres han experimentado ‘wardrobe rage’ –algo así como ‘rabia contra su armario’– y el 15% del total percibió que había elegido la ropa equivocada, hecho que les hizo sentir mal el resto del día. Para evitar perder más de un cuarto de hora diario (seguro que será más provechoso emplearlo durmiendo o preparando un buen desayuno) y evitar salir de casa malhumorado dejando una pila de ropa esparcida en el suelo, la experta tiene claro los pasos a seguir. “Aconsejo dedicar media hora cada domingo a pensar y probarse los estilismos que llevarán esa semana. Si tienes claro lo que vas a ponerte cada día y lo preparas la noche anterior, no hay margen de error. Pero si te levantas corriendo y no has preparado tu ropa, te pondrás cualquier cosa y puede que estés lamentándolo el resto de la jornada”, comentó.
Un estudio publicado el año pasado por la cadena de ropa británica Matalan coincide con la opinión de Largo: si eliges la ropa la noche anterior tardas un minuto menos que si lo haces por la mañana. La diferencia es bastante insignificante pero lo importante es empezar el día con menos estrés.
Sea como sea, el tiempo invertido en elegir conjunto es infinitamente menor que el que invertimos en ir de compras. Hace unos años, la agencia de investigación de mercado OnePoll encuestó a 2.000 mujeres y descubrió que cada año invierten más de 100 horas y 30 visitas para comprar ropa, 40 horas y 15 viajes en busca de zapatos y unas 50 horas al año mirando escaparates. ¿Tanto tiempo empleado en comprar ropa y accesorios para después no tener nada que ponernos? Quizá el problema radique en que compramos mal. “Es importante hacerse con un par de looks comodín para salir airosa ante cualquier imprevisto: un vestido negro de corte sencillo, unos pantalones y una americana negros y una blusa blanca de calidad son un acierto. Si surge cualquier evento social de última hora, los combinas con los complementos adecuados y el resultado siempre será bueno”, determina Largo.
El orden del armario también juega un papel importante para tener todo a mano y no malgastar más tiempo. La mayoría de las veces tenemos más prendas de las que caben en él y muchas terminan olvidadas, arrugadas o ambas cosas. La asesora hace hincapié en la importancia de tener “un armario ordenado con la ropa de cada temporada en perfecto estado y muy a mano”.
Ahora que toca hacer transición y cambiar las prendas invernales por los vestidos y los tops veraniegos, más vale ponerse manos a la obra y organizar el armario en condiciones. Si necesitas un aliciente para enfrentar la tarea, recuerda: más vale gastar un par de horas en ordenar el armario que seis meses de tu vida en pensar cómo combinar ropa.
Fuente: Moda/El País