«Yo tenía muchas dudas frente a eso, pero cada vez tengo menos», sostiene el profesor Luis Riveros, ex rector de la Universidad de Chile y Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, respecto de su última decisión: competir por alcanzar el sillón presidencial.

Al respecto, dice que «estas son responsabilidades que hay que tomar. Siento que el país necesita una discusión de ideas, una propuesta de verdad con un rostro que no venga de la política y yo para eso estoy dispuesto. Siento que Chile ha estado demasiado diluido en sus ansias por esta politiquería tan pequeña que nos ha llevado a debates insensatos».

En entrevista con la radio de la U. de Chile, el académico sentencia que «los primeros gobiernos de la Concertación se hizo una gran tarea, pero eso se ha diluido. Nos hemos transformado en un país que tiene una conducción débil, sin ánimo, que responde más a las cuestiones mediales que a las sustanciales. Siento y siempre lo he sentido: la clase media chilena está abandonada, porque es la que paga todos los costos».

Consultado por cuál será su estrategia, explica que «no se trata de hacer un partido político, pero sí se trata de una candidatura ciudadana con una propuesta con visión de largo plazo. Creo que el próximo gobierno debe instalar una agenda a veinte años he instalarla para que el país no siga en estos altos y bajos».

En ese sentido, Riveros tuvo palabras para el senador pro PR Alejandro Guillier y los otros candidatos presidenciales: «El tema es saber cuáles son las propuestas. Cuál es la diferencia. Yo veo lo mismo que experimentamos con este gobierno: Buenos titulares. Es una discusión vacía».

«Tenemos que elegir un nuevo presidente, pero si lo vamos a hacer al descarte, vamos a seguir con los mismos problemas. El país se está jugando ahora su condición de largo plazo. Hoy es superado por Perú y Colombia para hacer negocios en la región y tampoco mejoramos en lo social. El país necesita una propuesta distinta», concluyó.

La intención de Luis Riveros se presenta como una convergencia y obliga a los militantes del Partido Radical y a muchos masones a elegir entre Alejandro Guillier y él.