«Ya está bueno que los señores políticos se den cuenta de que estamos en una guerra entre el marxismo y la democracia, el caos o la democracia», dijo Augusto Pinochet ante las cámaras de televisión tras el atentado perpetrado en su contra en septiembre de 1986.
Muchas veces el dictador se refirió a los políticos como «los señores políticos». Como por ejemplo, en octubre de 1982 cuando dijo: «El Gobierno no acepta la politiquería. Los señores políticos que están muy activos son unos pocos. Los tengo medidos. No crean ustedes que andan sueltos. Cuando los llaman por ahí, aseguran que son muy leales al Gobierno».
Un año después, Pinochet nuevamente arremetió contra «los políticos». «A los políticos opositores les digo que ligerito los vamos a mandar a sus covachas, para que terminen sus problemas. Esos señores son muy negativos permanentemente. Son los mismos grupitos que se mueven de un lado a otro».
Por eso llama la atención que uno de los líderes opositores a Pinochet, haya usado la misma lógica para referirse a «los señores políticos».
Lejos del simbolismo y la heroicidad alcanzada en 1988 cuando emplazó por televisión al dictador, situación que fue más tarde recordada como el «dedo de Lagos»; el ex Presidente parece preferir -hoy por hoy- usar las estrategias políticas usadas por el propio general.
-Usted dijo estar disponible para una primaria. ¿Qué tipo de primaria?, pregunta un periodista de La Tercera. «Una clarificación de entrada», dice Lagos. «En una elección en donde nos dediquemos a discutir procesos, lo único que conseguiremos es alejarnos de la ciudadanía. Que los señores políticos se entiendan rápido y definan el proceso que hay que seguir. Porque si vamos a discutir procesos, entonces estamos mal», afirma.
«Se sigue haciendo política como si estuviéramos en un mundo de Bilz y Pap. Y el escenario no está para eso. No está para cálculos pequeños ni diabluras. No está para los tiras y aflojas habituales de la política. El momento exige respuestas muy serias», concluye.