Eugenia Cooney apenas pesa veintisiete kilos y cuenta con una audiencia de chicas de entre 12 y 21 años,edad donde la anorexia nerviosa golpea con más fuerza a las jovencitas que siguen el ejemplo de las «influencers».
A esta conocida youtuber con una delgadez extrema, se le acusa de ser una mala influencia para sus fans y de negar que la Anorexia Nerviosa que padece es una enfermedad y que debe someterse a tratamiento. Por ahora, Eugenia no está haciendo nada por tratar su enfermedad o para recibir ayuda. Y es precisamente la razón por la que un grupo de personas han abierto una petición en Change.org para que eliminen su canal ya que consideran que es un mal ejemplo para sus followers y también para cualquier persona que pueda verlo.
Es bien sabido que el poder que ejercen las redes sociales sobre sus audiencias, especialmente en el caso de los más jóvenes, que son altamente influenciables por lo ven en los canales de estos nuevos ídolos. Es por eso que el caso de Eugenia Cooney preocupa y está moviendo a muchos padres a organizarse para intentar cerrar su canal.
El problema no es estar delgado, como tampoco lo sería si estuviera gorda, el problema son los extremos y la negación de la realidad, de la enfermedad y de una sana autoestima. Pero Eugenia Cooney tampoco está haciendo apología de la anorexia, sólo hablando de maquillaje, moda y estilo de vida.
No es el primer intento de ponerle freno a este problema en internet
En el año 2015 la española Lidia Amelia subió a YouTube el video titulado «Ana y Mia», parte de una petición en Change.org que existe desde abril de 2014 para detener las páginas que promueven estos desórdenes alimenticios. En el video se muestra a dos mujeres jóvenes discutiendo en el tren subterráneo sobre su aspecto, hablando sobre cuánto ha comido cada una hoy y diciendo lo gordas que se sienten y recriminándose la una a la otra por comer.
Instagram cuenta con un sistema de protección ante contenidos que promocionen autolesiones o que hagan apología de la anorexia, bulimia u otros desórdenes alimentarios, o incita a realizarse cortes o heridas o a cometer suicidio, se inhabilitará sin previo aviso. “Instagram no es el lugar para la promoción activa o el fomento de las autolesiones”, según afirma la red social.