¿Qué quedó luego del “Carnaval Constituyente Mil Tambores 2016” ? El aporte de este » festival » al desarrollo y generación de activos para la cultura en Valparaíso es un hecho indesmentiblemente incierto. Mediante esta actividad, desde 1999 se pretende dar un toque de cultura y arte a una ciudad tan basureada como Valparaíso y desde ese año hasta hoy la reflexión final es: ¿la basura que queda tirada en las calles, incluyendo la basura humana, es digna de una ciudad que es Patrimonio de la Humanidad?
¿ Cómo es posible que se use – en nombre de la cultura -, una actividad tan grande para hacer apología de un cambio a la Constitución como para llamarlo Carnaval Constituyente ?. He ahí la primera demostración de que el espíritu original ya no existe y quedó sólo en una utopía por y para una supuesta mayor oferta cultural y artística.
Cuando esto recién partió, vivíamos junto a mi familia en el Cerro Mariposas en Sarmiento con Baquedano, hermoso lugar con una vista increíble. Una mañana del 2010, al oír batucadas, mis hijos – entonces chicos -, nos pidieron ir para ver qué pasaba, el resultado de esta experiencia es el siguiente:
Bajamos caminando por las escaleras entusiasmados, ya en las Escaleras y en Colón habían muchachos de no más de 20 años en evidente estado alterado que pedían dinero e incluso, sin motivo alguno ni pedir nada, se mostraban violentos y con muy groserías nos increpaban por ser “porteños pasaos a cerro”.
Nuestro trayecto nos llevaba al Parque Italia, epicentro de una presentación musical y – ya cerca del parque – aparecieron unos seres como sacados de la Inglaterra Anarquista enfundados en jeans ajustadísimos y pelos de colores con cortes no convencionales que nos pidieron dinero, molestaron todo el camino y finalmente les tuvimos que hacer el quite porque estaban echados en el suelo vomitados, tomados y drogados, incapaces de moverse.
Casi en el escenario y a un costado de él, una pareja tenia sexo sin siquiera taparse lo que nuestros hijos afortunadamente no vieron. El piso permanecía regado de cajas de vino, botellas de grapa, pisco, ron y vómito. Intentamos ver la presentación, pero sólo estuvimos cinco minutos ya que el olor era insoportable y decidimos irnos.
¿ Qué ha cambiado desde aquel novel y bien intencionado festival ? En lo medular nada, Valparaíso sigue siendo la capital de la basura y los malos olores, de la libertad convertida en drogas y alcohol, No se ha construido un solo teatro en los cerros y para peor vemos cada día menos gente culta, menos librerías.
No me cabe la menor duda que la corporación que organiza esta actividad tiene la mayor de las expectativas para ser generadores de cultura a lo cual me adhiero absolutamente, pero todos los años chocamos con lo mismo, Suciedad, desorden, drogas y alcohol descontrolados acaban siendo la » noticia «. Esto termina siendo una ordinaria justificación para que jóvenes representantes de la » República Flaite » sigan destruyendo Valparaíso con la venia de autoridades elegidas y designadas, mostrando el nulo interés en los porteños y el avance en este tema tan importante.
La destrucción, basura y ordinariez extrema causan que las ganancias del comercio las deben reinvertir en arreglar los destrozos y rayados por lo que Valparaíso sólo pierde. ¿Queremos seguir otro año más en lo mismo o nos vamos a poner pantalones largos para ser capaces de generar la cultura que los porteños y Valparaíso se merecen en un ambiente familiar ? ¿ Y no como un Festival Cultural de la Basura, como ha sido hasta hoy ?
Hoy propongo que esto cambie, que le demos paso a una verdadera gestión de cultura para Valparaíso y que pueda convertir al » puerto principal » en una verdadera y duradera Ciudad de la cultura y no de la basura, del Patrimonio de la humanidad y no de la calamidad.