Cómo solucionarlo y la mirada de un sicólogo sobre la serie de sentimientos que genera un trasplante, tanto para la familia del donante como para el receptor.
La donación de órganos es regalar vida, sin embargo en Chile es difícil asimilar a cabalidad esta frase, pues el fallecimiento de un ser querido supera emocionalmente a la mayoría de las personas. Sebastián Santana, psicólogo de Clínica Avansalud explica que en occidente, la muerte sigue siendo un tema rodeado de cuestionamientos, lo que muchas veces impide ceder los órganos de un familiar. “Muchas personas sienten que se le hará daño a quien falleció ya que implica extraer algo físico a un ser querido y es ahí cuando dudan o se niegan completamente. Nuestra cultura, sumado al desconocimiento que existe sobre el tema, son factores relevantes a la hora de pensar por qué la donación es tan difícil en Chile.”.
El especialista señala que mientras la población no cuente con la educación necesaria, es muy difícil lograr la empatía necesaria que se requiere para que una familia done los órganos de un ser querido, “El factor emocional en este tipo de decisiones es muy potente para ambas partes. En primer lugar, los parientes de la persona fallecida deben comprender que nada malo le pasará al donante y que sólo contribuirán generosamente a que alguien continúe con vida. Por otra parte, el receptor sentirá una sería de sensaciones positivas entre ellas alegría amor y agradecimiento hacia quienes hacen posible que se mantenga con vida”, dice Santana.
Juan Carlos Díaz cirujano de Clínica Avansalud y Jefe de Trasplantes del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, comenta al igual que Sebastián Santana, que la información es clave a la hora de mejorar la tasa de donación en el país.
¿Quiénes pueden ser donantes?
El doctor Díaz señala que no toda persona que muere puede entregar sus órganos, ya que se deben dar dos condiciones básicas: la muerte cerebral y la mantención de buena presión, latidos, pulso y color.
La muerte cerebral se provoca por accidente que involucra la cabeza o por una hemorragia intracraneana.
Generalmente son personas que hace un par de horas estaban sanas y esto muchas veces confunde a los familiares, ya que ven a la persona fallecida conectada a un ventilador mecánico, pero aún con pulso, color y calor, lo que genera cierta desconfianza en el diagnóstico de muerte cerebral. “Como comunidad necesitamos implantar una cultura menos sentimental que sólo se puede adquirir por medio de la educación, para entender un escenario de esta magnitud”, dice Díaz.
Cuándo se concreta la donación
Solicitar los órganos a la familia es un escenario muy delicado. Existe un grupo especializado y altamente calificado, quienes luego de certificar por completo el diagnóstico de muerte cerebral, se encargan de hablar con la familia afectada para luego coordinar con los cirujanos que extraerán y posteriormente realizarán el trasplante.
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Aunque la ley permite disponer de los órganos inmediatamente luego que ocurre la muerte cerebral, nunca un equipo médico pasa por alto la decisión de la familia .Cuando esa donación se concreta, entra un grupo de cirujanos para efectuar el procedimiento.
Sin embargo, existe otro obstáculo que impide una dinámica adecuado en el tema trasplantes, no existe una buena tecnología aeronáutica que una completamente el país, las 24 horas del día. “Si tenemos un donante en Concepción y un receptor en La Serena, no podemos volar en la noche. A diferencia de los países que poseen altas tasas de donación donde sí se puede viajar libremente para este tipo de eventos” enfatiza el especialista, quien agrega que esperar 12 horas puede derivar en la descompensación y la pérdida del órgano.
Sin duda alguna, se trata de un problema país, desde ajustes que se deben hacer desde el estado in infraestructura y educación. “Tenemos que educarnos, conversar el tema, saber de qué se trata y cuáles son las causas a las que nos vamos a enfrentar como familia en algún momento al ser donantes o subsidiarios”, finaliza el especialista.
