El Congreso Nacional se las arregla para siempre sorprender con informaciones que siguen minando su ya deteriorada imagen, alejándolo cada día más de la ciudadanía. El destape del caso de violencia intrafamiiar protagonizado por el diputado DC Ricardo Rincón “zamarrea” nuevamente a esta institución y la senador de Amplitud, Lily Pérez, se refiere a este caso como ejemplo para develar gravísimas situcaciones que estarían afectando a parlamentarios como es el consumo de drogas.
Los dichos de Pérez los reproduce en una entrevista publicada este jueves El Mercurio de Valparaíso bajo el título: “Hay parlamentarios adictos y otros que agreden a sus mujeres”.
“Bueno hoy es lo de Ricardo Rincón y un concejal de no sé qué comuna. Ayer un candidato a alcalde a Illapel y un candidato a concejal de la UDI. O sea, esto suma y sigue. Pero me parece excelente que se estén destapando casos de violencia intrafamiliar. Una de las cosas en que he sido tremendamente crítica en estas candidaturas municipales es que hay partidos que no solo toleran las faltas a la probidad, sino que también toleran casos de violencia intrafamiliar (…) es denigrante para la sociedad que haya partidos que toleren esto por los votos. Llevan gente cuestionada por el caso basura, o por boletas falsas o gente que tienen denuncias por violencia intrafamiliar; los llevan igual. Entonces el rol es de los partidos políticos. Ahora todos critican pero ¿qué han hecho en sus partidos”, sostiene la líder de Amplitud.
Consultada sobre si ¿Es necesario que se legisle sobre este tema de modo que se impida llevar candidatos que tengan este tipo de denuncias? Lily Pérez responde “Es que esto es igual como cuando presente un proyecto para que los representantes populares no puedan ser consumidores de droga y no hemos tenido éxito. Son estándares mínimos que los deben poner práctica los partidos políticos que deben ser los coladeros y no endosar la responsabilidad a la sociedad ni a la opinión pública y decirle «vea bien por quién vota» porque la gente no tiene conocimiento”.
Entonces, le preguntan: “¿Una ley que prohibiera que personas con estas denuncias postulara no serviría de nada?”
La senadora Pérez responde que “Bueno, así debiera ser pero como soy pragmática y realista, y veo que no lo hemos conseguido con el tema de las drogas porque veo tanta renuencia que no tengo dudas de que hay parlamentarios que son adictos como tampoco tengo dudas de que hay parlamentarios que agreden a sus mujeres. Llevo un tiempo largo en política y he escuchado cosas como «si zamarrear a la vieja no es tan terrible» o gente que tiene historia en esto; me tocó ver a un candidato a alcalde en Cabildo y yo no lo apoye como candidato a alcalde en elecciones pasadas por violencia y ahora Chile Vamos lo lleva igual. Es que con una ley nos va a pasar lo mismo que ha ocurrido con el proyecto que busca que los parlamentarios no sean adictos a las drogas. Y no es por meternos en su vida privada, sino que porque dependen de un dealer y una persona que depende de un dealer es una persona vulnerable en su conciencia. Y ese es mi punto con los parlamentarios adictos. No me importa lo que hagan en su vida privada, soy liberal, pero sí me importa que sean parlamentarios, que tomen decisiones, y que tengan un dealer que los chantajee o los presione, o reciban plata vinculada a la droga. Entonces creo que es mucho más rápido y crea mayor conciencia que los partidos políticos dejen su doble estándar y no lleven a gente que sean golpeadores porque tienen votos. Hace poco recibí una llamada de un exmiembro de la mesa de la DC y me cuenta que en un mandato anterior ellos habían bajado al diputado Rincón para que no fuera a la reelección. Eso da cuenta de un partido que sí sabía”.
Lo denunciado por la senadora Lily Pérez no es nuevo.