Ignace Van Doorselaere es ejecutivo en PrimaDonna, una compañía europea que diseña ropa interior para mujeres y como una forma de entender a sus clientas, es que ha hecho que sus empleados lleven unos pechos falsos y experimentar en carne propia lo que es ser mujer. “Solo hay una forma de que un hombre se de cuenta de lo que se siente al tener una copa E, y es teniéndola,” dice.
Un pecho de copa E suele pesar aproximadamente entre 1 kilo y kilo y medio, así que Doorselaere hace que sus empleados lleven pesos colgados alrededor del cuello. Y cuando esos falsos pechos empiezan a causar dolor en la espalda y el cuello, es cuando entienden lo importante que tengan buen soporte y sujeción…
“Una buena sujección es importante. Ahora todo el mundo sabe eso en PrimaDonna,” dice Doorselaere.
El equipo masculino lo tomó con humor y aceptó el desafío: