Tras once semanas de investigación, el comité científico independiente que convocó el Ministerio de Economía, determinó que no existe relación entre el vertimiendo de los salmones y la marea roja que afectó a la Región de Los Lagos en los primeros meses del año. Así lo indica el avance que entregó la instancia que se creó en marzo, luego de las movilizaciones de los pescadores artesanales de Chiloé. El grupo de expertos conformado por Alejandro Buschmann (U. de Los Lagos), Laura Farias (U. de Concepción), Fabian Tapia (U. de Concepción), Daniel Varela (U. de los Lagos) y Mónica Vásquez (Universidad Católica) concluyó que el «vertimiento de salmones se llevó a cabo en un periodo en que el viento predominante en la región era propicio para el transporte de material hacia el norte y hacia el oeste, no hacia la costa». «Además, se debe considerar que al momento de realizar el vertimiento, ya existían floraciones algales nocivas, más conocidas como marea roja, en diferentes puntos de la región de Los Lagos y Aysén. Por lo tanto, el vertimiento no puede considerarse agente causal de la floración», recalcó.
SALMONES Y AUMENTO DE AMONIO EN EL AGUA
También se indicó que «el vertimiento de salmones generó una señal ambiental, en la forma de un aumento en la concentración de amonio en el agua, detectado durante el muestreo de la expedición oceanográfica a bordo del Cabo de Hornos». El informe explica que las concentraciones de amonio en el océano son extremadamente bajas, pero que a dos meses del vertimiento detectaron concentraciones de hasta 10 veces mayores a lo normal. «La explicación más plausible para estos niveles de amonio en el océano abierto es la descomposición de las 4500 toneladas de salmones vertidos en marzo 2016», pero que esta alta concentración detectadas en la zona del vertimiento «no fueron observadas entre el punto de vertimiento y la costa. Esto, combinado con el escenario meteorológico y oceanográfico predominante en esas fechas, nos permite descartar un transporte hacia la costa de los nutrientes generados por la descomposición de salmones vertidos mar afuera». «Lo anterior, y el resto de la evidencia recopilada desde información climática, meteorológica, oceanográfica, y biológica analizada por este comité, y obtenida tanto desde fuentes públicas nacionales e internacionales como desde el crucero, nos permite concluir que el vertimiento de salmones realizado a 75 millas náuticas al oeste de la costa de Chiloé, no tiene relación directa con las floraciones de algas nocivas en la región», asegura el estudio.
El comité científico presentará en octubre una serie recomendaciones para que se pueda enfrentar de mejor manera este tipo de eventos.
