La Universidad de Washington en Saint Louis (Missouri), ha recibido 750 mil dólares del ejército para desarrollar en un periodo de 3 años una tecnología basada en el sentido del olfato de los saltamontes que permita detectar explosivos y otros componentes químicos en áreas de peligro para los soldados humanos, como en campos de minas o territorio enemigo. La idea es que los saltamontes se infiltren y detecten con sus antenas los peligros y comuniquen a los soldados toda la información posible.
La revista Popular Science ha podido hablar con uno de los responsables de esta investigación. El ingeniero biomédico de la universidad que lleva este proyecto, Baranidharam Raman asegura que «El olfato de los insectos para sentir químicos está extremadamente bien desarrollado. Pueden detectar un pequeño olor de su entorno en solo unos cientos de milisegundos.
¿Pero por qué usar el olfato para esto? El olfato es el sentido menos evolucionado que tenemos, tanto los seres humanos como otros muchos animales; pero al final, funciona de una forma muy directa y efectiva: es un detector de químicos que se transmiten por el aire. Si a eso sumamos que la naturaleza, sabia como es, ha aplicado prácticamente las mismas normas para la detección de dichos químicos en prácticamente todas las criaturas que campan por la Tierra, dominar el sentido del olfato puede ser una gran ventaja si se utilizan criaturas con un olfato muy desarrollado.
«Los investigadores de este experimento llevaban ya años estudiando cómo estos insectos traducen su delicado sentido del olfato en señales neurológicas, y parece que han llegado al punto en el que pueden entender esas señales y clasificarlas de modo que se puedan recibir a distancia si se instalan dispositivos de pequeño tamaño sobre los saltamontes.
Los tres años de investigación tienen por delante la miniaturización de los dispositivos que sirvan para traducir y emitir las señales neurológicas de los insectos. Sus planes incluyen ciertas modificaciones de conducta en los saltamontes, pudiendo redirigirlos mediante impulsos de algún tipo para explorar los entornos de peligro de forma más controlada. Si esto avanza, en un futuro podríamos ver saltamontes a la hora de identificar componentes químicos peligrosos.