Turquía ha vivido ya varios golpes de Estado. Pero el último intento fue otra cosa. El mundo no debe quedarse de brazos cruzados mientras el país se hunde en el caos.
Toda la gente pasó la noche despierta intentando entender qué estaba sucediendo ante sus ojos. Recién temprano en la mañana, el Gobierno de Turquía explicó que el golpe de Estado había fracasado. Sin embargo, el futuro político del país sigue en penumbras.
La intentona no fue como aquellas a las que está acostumbrada el país, de esas que tantas veces ocurrieron en el pasado. Esta vez parece ser que un grupo dentro de las Fuerzas Armadas turcas intentó botar al Gobierno. Aún no se sabe quién está detrás de todo esto. El Gobierno apunta a Fethullah Gülen. El líder del movimiento Gülen y enemigo político del presidente Recep Tayyip Erdogan vive desde 1999 en Estados Unidos. Su movimiento fue declarado terrorista hace años.
Hay antecedentes a este golpe. Así tomaron el poder en los ochenta los militares después de enfrentamientos sanguinarios entre grupos de derecha e izquierda. Pero todos los golpes previos eran acciones que involucraban a todas las fuerzas del poder militar. Esta vez solamente había un pequeño grupo involucrado.
Hasta ahora han sido detenidos miles de soldados. Durante la noche hubo duros enfrentamientos entre miembros del Ejército y agentes de la Policía. Pero, ¿quién estaba detrás de todo esto? Aún hay muchas preguntas sin responder.
Esto muestra nuevamente que en Turquía hay ciertos grupos que están en contra de la democracia y la estabilidad. Es alarmante pensar que el país de un momento a otro se puede convertir en una zona de guerra, donde hay bombardeos contra el Parlamento por parte de aviones de combate que sobrevuelan Ankara a vuelo rasante.
El mundo no debería ver impávido cómo una Turquía inestable, que lucha contra el terrorismo y el llamado Estado Islámico, se hunde en el caos. Turquía necesita más que nunca estabilidad. El golpe muestra con claridad cuán frágil es el país.
¿Terrorismo y guerra civil?
En los últimos años, Turquía ha sido víctima continuamente de atentados terroristas, que amenazan con llevar al país en una guerra civil. Se trata de otro escenario que se debe tomar muy en serio.
En agosto, el Tribunal Supremo Militar deberá decidir sobre si los miembros del movimiento Güller pueden ser excluidos de las fuerzas armadas. Aún es demasiado pronto para decir si el golpe de Estado tiene algo que ver con esa decisión.
En ese escenario de horror, solo una cosa es segura: los próximos pasos son extremadamente importantes para Turquía. ¿Será el intento de golpe usado con fines políticos? Hasta ahora, cada vez que hubo un ataque terrorista, el partido gobernante Justicia y Desarrollo (AKP) salió fortalecido.
Pero esta vez la comunidad internacional está más atenta a lo que sucede en Turquía y dan todo su respaldo a Erdogan para que refuerce el estado de Derecho. Por ello, si esta pesadilla ya terminó, entonces lo que debe venir ahora es un fortalecimiento de la democracia en Turquía.