lunes, noviembre 4, 2024

La mediática arremetida de los defensores de Cheyre, lo califican como “Hombre de clase superior”

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Tras la detención del ex comandante en Jefe del Ejército, general (R.) Juan Emilio Cheyre, por su vinculación a un episodio de la “Caravana de la muerte”, como es el crimen de 15 personas ocurridas en el Regimiento Arica en 1973, ha provocado una inusitada y públicas muestras de apoyo al ex militar, en la que han destacado las “altas conceptualizaciones” de parte de un ex Presidente (Lagos), ex ministros de Defensa de la DC y RN (Jaime Ravinet y Andrés Allamand), pero este domingo llamó la atención las columna de opinión de uno de los hombres fuertes de la DC, como es Genaro Arriagada y la carta que publicó el ex comandante en jefe de la Armada, Miguel Angel Vergara Villalobos, ambas –por cierto- publicadas en El Mercurio.

Para Vergara el procesamiento de Cheyre es injuso: “una justicia que únicamente para los militares se rige por el antiguo sistema procesal, a sabiendas de que no ofrece garantías de un debido proceso. Por eso, independientemente del fallo de esa justicia, seguiré creyendo en la inocencia, hidalguía, entereza y honestidad de Juan Emilio Cheyre (…) No dudo que ese hombre de clase superior, ahora juzgado por hechos de hace más de 40 años y en una situación de absoluto caos institucional, tiene sus manos y su conciencia limpia”.

Por su parte Genaro Arriagada en la columna titulada “El caso Cheyre y cuánto hemos avanzado en DD.HH.”, defiende al retirado general señalando que: “El Ejército heredado de la dictadura poco o nada tenía que ver con el que en 2002, bajo la Comandancia de Cheyre, frente a los abusos a los DD.HH. declaraba un «nunca más» y reivindicaba la figura del general Carlos Prats. No valorar estos cambios es una injusticia y un error”.

Arriagada, para sostener la defensa a Cheyre, hace una relación con situaciones similares vividas en Polonia, Brasil, España, es decir países que vivieron bajo dictaduras militares y n lograron loa avances en materia de Justicia por las violaciones a los Derechos Humanos.

La reflexión de Genaro sentencia: “No intentemos reducir la moral política a la sola búsqueda de la justicia, ni crear un mundo donde toda atenuación de penas, cualquiera que sea, constituya una falla moral. Y evitemos, en una materia tan compleja, el doble estándar que lleva a aclamar en un país aquello que en otro no se acepta siquiera discutir. El caso Cheyre, por las características de su persona y desempeño, debiera servir para un debate elevado sobre un asunto que viene desgarrando a nuestro país desde hace más de cuatro décadas”.

Esta es sin duda la presión pública más fuerte que recibe el ministro Carroza que lleva el caso.

Pero en todas las férreas defensas que han dado a conocer figuras políticas, llama la atención que nadie recuerde la peor tragedia que le tocó enfrentar al entonces comandante en Jefe nombrado por el Presidente Ricardo Lagos: Antuco.

El entonces general Cheyre el día de la tragedia de Antuco.
El entonces general Cheyre el día de la tragedia de Antuco.

Radio Bio Bio recuerda el episodio: “El 4 abril de 2005, un grupo de 400 jóvenes ingresó al Regimiento Reforzado N° 17 “Los Ángeles” en la ciudad del mismo nombre para cumplir con el Servicio Militar Obligatorio, la mayoría de los cuales optó por la vía voluntaria. La tragedia ocurrió el 18 de mayo de ese año. El primer despacho de Radio Bío Bío a las 16:50 horas dio cuenta del volcamiento de un camión en la zona cordillerana, con dos soldados fallecidos. Inmediatamente, familiares de los soldados comenzaron a llamar a los medios de comunicación locales y después se trasladaron hasta la misma unidad militar. Lo que vino aún resulta difícil de creer”.

La crónica de la emisora relata que “Las comunicaciones del hecho se concentraron en Valdivia, sede de la Tercera División de Ejército, pero la presión ciudadana hizo que el entonces Comandante en Jefe del Ejército, General Juan Emilio Cheyre, viajara al día siguiente a Los Ángeles. No se habló de soldados desaparecidos, sino que de efectivos dispersos en la montaña. Mientras, en la zona cordillerana morían 44 soldados y un sargento segundo, quienes no pudieron soportar la ventisca o “viento blanco” por diversos factores, entre ellos su precaria vestimenta que no soportaba bajas temperaturas ni el paso por cauces de aguas gélidas”.

De este episodio que involucró al mando militar, nadie se acuerda o mejor dicho los políticos que salen en defensa de Cheyre y lo ensalzan como un gran militar pareciera que prefieren olvidas la peor tragedia del Ejército en tiempos de paz 45 soldados muertos por el frío y 77 sobrevivientes, muchos de ellos quedaron con severos daños sicológicos.

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