Este viernes se conoció un nuevo escándalo que involucra a la Iglesia Católica chilena. Entre 2002 y 2003, dos “personas consagradas” (sacerdotes o religiosos) habría cometido abusos sexuales en contra de una docena de jóvenes.

La Brigada de Delitos Sexuales de la PDI y la Fiscalía de Rancagua llevan la indagatoria a cargo de la fiscal Gabriela Carvajal especializada en este tipo de delitos, que se encuentra en fase de “reservada” y recién en las próximas semanas podrían conocerse detalles de los acusados y a que orden o congregación religiosa pertenecen o bien son diocesanos.

Por su parte el Obispado de Rancagua emitió una declaración pública en la que reconoce la investigación y se compromete a colaborar con la Justicia.

El texto eclesiástico señala: “Se ha tomado conocimiento de una acusación por abuso sexual interpuesta en la Fiscalía de Rancagua, en contra de dos personas consagradas, que colaboran pastoralmente en una parroquia del decanato Santa Cruz de Triana. Hasta el presente no ha habido ninguna acusación ante el Obispado de Rancagua; por lo tanto, se desconocen los detalles de la mencionada denuncia. Al parecer los hechos referidos, habrían ocurrido entre los años 2002 y 2003”.

El comunicado explica “la disposición clara y transparente de la Iglesia Diocesana en colaborar para el esclarecimiento de los hechos”, además manifiesta “la solidaridad total con las posibles víctimas, confiando en que la verdad se manifieste para bien de todos; y nuestra disposición a acogerlas y escucharlas”.

Diócesis de Rancagua
Según la información oficial del obispado a cargo de monseñor Aljandro Goic: “En la actualidad la diócesis cuenta con seis decanatos (Purísima, Santa Cruz de Triana, Santa Rosa, Santos Apóstoles, San Fernando-Chimbarongo y Cardenal Caro) y 65 parroquias. De ellas son 54 rurales y 11 urbanas. Además, hay cerca de 700 capillas en distinto sectores. Con respecto a los sacerdotes, hasta hoy hay 120, entre religiosos y diocesanos”.