Este domingo Arturo de 31 años, el último oso polar en cautivero del Zoológico de Mendoza, Argentina, murió por las malas condiciones en que se encontraba. Desde 2012 organizaciones pro derechos de los animales venían realizando campañas en que denunciaron las riesgosas condiciones en que era mantenido el animal, cuestión que obviaron las autoridades argentinas.
«Arturo fue un caso testigo. Esperamos que sea el último oso polar retenido en un zoológico de nuestro país y que su caso obligue a las autoridades a rever la situación de las demás especies exóticas que sobreviven en su misma situación» dijo Soledad Sede, del equipo de Campañas de Greenpeace. «Recordemos que no era el único animal en cautiverio y en pésimas condiciones, sino solo un ejemplo más de cómo funcionan actualmente la mayoría de los zoológicos de nuestro país, priorizando la exhibición con fines comerciales y recreativos por sobre la conservación y el bienestar animal».dijo la portavoz de Greenpeace argentina.
El zoológico de Mendoza, que cuenta con 2.000 ejemplares en 48 hectáreas, fue cerrado al público a mediados de junio tras la muerte de unos 64 animales entre diciembre pasado y mayo de este año.
Investigaciones determinaron que la presencia de bacterias combinada con las condiciones de hacinamiento de muchos ejemplares están entre las causales de muerte.
El zoológico informó que Arturo, que por su edad presentaba un cuadro terminal, «falleció por un desbalance hemodinámico lo que desencadenó una descompensación multisistémica», señaló una nota oficial del recinto mendocino.
En 2012 una campaña de organizaciones defensoras de animales bregaron por su traslado a un zoológico de Canadá y lo catalogaron como ‘el oso más triste del mundo’ cuando Arturo cayó en un estado depresivo por la muerte de su compañera, una osa traída desde Alemania.
Sin embargo una junta de veterinarios determinó que el animal no estaba en condiciones de resistir un traslado.
«Pasó sus últimos tiempos en la región de Cuyo donde su existencia no realizó ningún aporte a la conservación de esta especie en vías de extinción», destacó Greenpeace que pide la reconversión del zoológico en un ecoparque.
El otro oso polar que vivía en Argentina murió en 2012 en el zoológico de Buenos Aires, cuya transformación en un parque ecológico anunció la alcaldía la semana pasada. La organización solicitó en 2014, el pedido por la reubicación de Arturo y juntó más de 160 mil adhesiones.