Una de las más grandes sorpresas en este sentido proviene de la macadamia, producto estrella del mercado del cuidado capilar que viene a diversificar la oferta de aceites hasta ahora dominado por el argán.

La Macadamia es un arbusto originario de Australia, que por su lento crecimiento, llega a alcanzar su máxima productividad a los 15 años. Dadas las propiedades beneficiosas de este fruto, es ideal para uso cosmético, porque contiene un alto aporte nutritivo que ayuda conservar la piel y el cabello.

Este microaceite, de textura fina y ligera, es un gran antioxidante natural que destaca por ser rico en grasas monoinsaturadas, como son el ácido oleico y palmitoleico. Posee, además, un alto contenido de Omega 3, 5,7 y 9.

Si bien el aceite de Macadamia es muy similar al óleo de argán, posee mayores atributos que lo posicionan como un producto líder en el ámbito de la cosmética capilar: sus propiedades lo hacen similar al aceite humano, por tanto, imita la producción natural de oleosidad en el cabello.

Otra diferencia significativa es que la macadamia penetra desde el interior de la fibra capilar y tiene una absorción excepcional. El argán, en cambio, actúa a nivel superficial.

Este aceite logra excelentes resultados en cabellos con tendencia al frizz y en todos aquellos que a simple vista se ven maltratados, ásperos y sin brillo, ya que hidrata, fortalece y aumenta la resistencia de la hebra, desde la raíz hasta la punta.

Asimismo, por su alto contenido de ácidos grasos, se utiliza para estimular el cuero cabelludo y devolver la calma y suavidad, dos aspectos esenciales a la hora de lucir una cabellera saludable.

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