La reciente columna de José Ramón Valente en El Líbero me hizo recordar una anécdota. Siendo joven me tocó ver una chica muy guapa conduciendo por Vitacura con otras amigas que sacaron la cabeza para gritarle a una señora sin tantas habilidades al volante: “ ¡Vieja tal por cual, por culpa tuya pagamos el pato todas las mujeres!”. La situación era para la risa, hasta tragicómica. Más allá de las risas, son los liberales (conservadores) del tipo de Valente los que nos hacen pagar el pato a muchos que, creyendo en la economía libre y de mercado, no avalamos la falta de empatía que tienden a mostrar estos chicos que se creen genios porque dan con alguna explicación razonable para todo.
La coloquial explicación del economista, muy de genio matemático por lo demás, es que se había granjeado un problema al negarse a aplazar una prueba que la mayoría de sus compañeros sí querían correr porque habían carreteado como buenos universitarios. A él le pareció injusto porque para estudiar tuvo que sacrificar cosas preciadas como ir a ver un equipo de copa Davis. Los economistas tienden a transformar en leyes universales cosas que son sólo aplicables a ciertos casos particulares. En este caso Valente pretende que los que hicieron sus tareas no pueden sacrificarse por los que no las hacen, pues los que no las hacen son carreteros. El simplismo generalizador es lo que tiene a nuestras ideas siempre en la minoría y no nos permite combatir de igual a igual con quienes defienden al igualitarismo en política.
Si el consultor se esforzara en empatizar en algo, ¡Lo que sea por el amor de Dios! , pues claro esta no es su particular talento, comó no lo fue del ex presidente RN, podríamos avanzar a tener mayorías más sólidas y no estar siempre dependiente de figuras egoticas tipo Donald Trump o Sebastián Piñera para salvar las ideas de la libertad.
El punto que no entienden ni Valente, ni Piñera es que las teorías de justicia modernas, como la de Rawls por nombrar una, tratan de solucionar el problema de la injusticia de cuna, la injustica en la “lotería natural”. Es decir, que algunos tienen sin merecerlo más talentos que otros o tuvieron más suerte en el hogar que los trajo al mundo. Que eso no depende de ellos y que los desafortunados deben tener una opción preferencial de la sociedad. Como decía la Iglesia del Cardenal Silva Henriquez ( la Iglesia que me gusta) “ la opción preferencial por los pobres”. En efecto, no es el egoísmo de pendejo envidioso el que inspira nada o mueve a nadie, ahí la diferencia de votos que hace que en los últimos 60 años la gente que piensa como Valente sólo ha sido elegida ¡una sola vez! Por Dios, acaso Piñera no entendió en 4 años que no tiene empatía alguna y que ligarse a gente, sin empatía como él (Cecilia Pérez o Valente, por mencionar a dos) es una muy mala idea para las ideas del emprendimiento y la libertad.
¡Profesor Valente !, por gente como tú es que las ideas de la libertad están en peligro y rara vez logran triunfar. Te lo voy a explicar con peras y manzanas a ver si lo entiendes de una vez. Yo estuve muchas veces en tu situación, tanto en Beauchef como en la escuela de Filosofía de la PUC, mis dos “Alma Maters” una azul y una cruzada (raro colocolino). Nunca, nunca, nunca me opuse a que la mayoría postergara una prueba. En Beauchef eran varios que no podían ir a clases porque protestaban contra el General, tú sabes, y yo respetaba sus decisiones y su trabajo, yo mismo los acompañaba para luchar por la Libertad que tanto nos gustó. En Filosofía eran pingüinos venidos a universitarios que lucharon con convicción por un país más justo, los admiro cabros en su equivocación. Respetaba lo que hacían, no me importaba, ni encontraba gran sacrificio postergar una prueba, podía incluso profundizar un poco más, pues a mí me gusta estudiar igual que a ti, José Ramón.
Jamás me ha gustado mirar el pasto del vecino salvo para aconsejarlo en algo, nunca para envidiarlo. Te digo algo, el problema es que también hay muchos que estudiaron como tú y no tienen tus talentos y se levantaron antes que ti a estudiar durante muchas más horas para cada prueba. Para ellos es mucho más difícil si no imposible obtener tu rendimiento o el de los mejores del curso. Son esas las personas que me inspiraban para darles más tiempo para que pudiesen hacerlo mejor, pues ellos siempre han causado mi admiración, ellos son los que consiguen lo imposible y los que mueven Chile y el mundo, son ellos los que nos inspiran. No es el Chino Ríos el que causa mi admiración, sino Bam Bam que sin el talento de los demás llegó donde mismo. El Chino es un genio y: ¡ya está!, como dicen los amigos argentinos. Bam Bam no era del gusto de Bilardo por falta de talento, al final lo hizo callar y fue Pichichi.
La justicia es algo para lo cual nuestro mundo, los emprendedores, tenemos poca sensibilidad al respecto, pero una sociedad se hace con justicia o no se hace. Es lamentable pero es así y más vale que tengamos una opinión. Tu argumento es malo porque sólo le da la razón en un subconjunto demasiado despreciable o simpático, el de los carreteros, Como podrás ver, Kant nunca podría hacer una ley universal de su experiencia donde se nos revela en lo que es, alguien que mira al pasto del vecino sin cesar. No es eso lo que mueve al mundo ni las grandes causas. Al emprendimiento lo mueve el valor y la capacidad de distinguirlo y crearlo. A la libertad la mueve las ansias de auto determinación. A la justicia la mueve, según Kant, la razón y la buena voluntad. Creo humildemente que cuando tomemos en serio el desafío de la la justicia, cuando tomemos en serio a gente como Rawls, Cohen o Maritain, entonces tendremos un mundo libre y emprendedor con empatía y civilizado, plural y no militar, que es lo que nuestros hijos merecen.
Sé que tú José Ramón, sin decirlo, sabes que quedaste como el maricón del curso (disculpas a mis amigos igualitarios), y la verdad es que lo fuiste, pues según tú, no podías retrotraer el reloj e ir a ver tu copa Davis, si hubiese podido, nos insinúa que hubieses actuado distinto. Eso, intuyo que no es verdad, no habrías actuado distinto. Lo tuyo es competir y ganar, toma placer de eso. Toma placer de llegar a una prueba mejor preparado que el resto. Eso se llama incontinencia, ¡ La tiene Tatán y la tienes tú ! A muchos los educan así, el punto es que la vida es más que eso. La madre Teresa no en vano va a ser más recordada que tú, pues ella tuvo empatía por los que sufrían. Tu gran cabeza, en lugar de usarla para seguir compitiendo estaría, mucho mejor puesta buscando como solucionamos el problema de las diferencias inmerecidas en el reparto de la “ loteria natural” para tener un mundo de hermanos y no de adversarios.
No creo que las ideas que defiendes sean incorrectas, creo que la defensa que de ellas haces es una muy mala defensa. Por culpa de gente como tú nos increpan a todos quienes creemos en la economía de mercado y sostenemos que crear valor es lo más digno que un ser humano puede hacer.