El representante de la pesca artesanal en la Región de Aysén, Henry Honorino Ángulo, habló con Infogate sobre el polémico pangasius, especie de pez vietnamita que se ha ido instalando rápidamente en las mesas chilenas. Es además el pescado «oficial» que se utiliza en las raciones que reparte la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI), hospitales y regimientos.

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«Es medio insólito y tirado de las mechas de que un país como Chile, teniendo una de las costas más largas de la región, esté trayendo peces de otros países con el riesgo que implica el no conocer lo que estamos comiendo», comienza señalando el dirigente.

«Los supermercados ahora traen peces de países que ni siquiera conocemos sus costas ni sus aguas, si son puras o no. Hoy día tenemos en Chile especies tan sanas como son el robalo, el rollizo, el congrio negro que no se han explotado en el sur del país y que están al alcance de cualquier pescador. A nosotros como pescadores nos parece extraño que este país se esté dando el lujo de comprar peces que ni siquiera sabemos lo que tienen en su interior», agrega Angulo.

-¿Qué hay detrás de todo esto?
-Lo primero que necesitamos es un poder comprador y estamos viendo hoy día que el Estado de Chile es un poder comprador potencial. Porque está demostrado que están comprando peces en otra parte y eso quiere decir que hace falta aquí en Chile…y eso, no es así, porque nosotros los tenemos. Creo que el Estado debiese ponerse serio, en este gobierno de turno que hoy tenemos, y empezar a comprar los peces que hoy día no se están sacando y entregárselos a nuestros propios compañeros. Antes de pedir más cuotas, el Estado debiese empezar a comprarle a los pescadores y dárselo a sus compatriotas. Por ahí pasa parte de la solución del sector pesquero, que el Estado le compre los peces, y no los compre en otra parte del mundo.

-El Estado compra peces a Vietnam porque le sale más barato y las pesqueras industriales compran las cuotas a los pescadores artesanales. Está todo mal…
-Hay una doble intención desde Estado el hecho que hoy día no se haga cargo de la estabilidad del sector pesquero artesanal, dándole una responsabilidad a los industriales, que le compren a precio huevo los peces a los pescadores artesanales y después venderlos a un buen precio afuera en España, donde están vendiendo sus recursos. Se ve como que hay una mala intención del Estado de despotenciar al sector pesquero artesanal y potenciar el industrial, prefiriendo comprar peces en otras partes del mundo y dárselos a nuestros compatriotas, con un alto riesgo de que estén contaminados con sustancias que nosotros no tenemos en Chile. Entonces, el Estado tiene la posibilidad hoy día de convertirse en un potencial comprador de los peces de los pescadores y con eso reemplazar también lo que está trayendo de otros países.

-¿Han conversado con las autoridades sobre el tema?
-Con las autoridades locales, como la gobernación de Aysén. Pero chocamos con estos grandes negocios -como es alimentar a los pueblos- tomados por los supermercados como el Jumbo que se dedica a vender comida y sin ninguna garantía. Y hoy día está demostrado que está trayendo peces que nadie conoce y que tienen cero proteínas…es como comer barro. Pero como Jumbo financió las campañas de los gobiernos de derecha e izquierda, el Estado le compra los peces a otros países y no a los pescadores que deberían ser los natural que podría pasar.

-Los ricos comen bien y los pobres, para variar, comen muy mal…
-Es el costo que muchas veces pagamos. Los gobiernos le deben plata a los grandes empresarios que pusieron la plata para los botes y los carteles que se colocaron en las campañas, y nosotros los pescadores tenemos cero posibilidad de vender nuestros peces para que sean consumidos en nuestro propio país. Ese es un sueño que tenemos desde hace tiempo: convertirnos en abastecedores de los colegios, regimientos y hospitales, pero chocamos con estos grandes negocios que está tomados por los grandes supermercados que financiaron las campañas.