“Juniper está enamorada de Moose y pasa todo el día intentando que le haga caso”, cuenta su dueña . “Traje a Juniper a casa cuando solo tenía 5 semanas. Moose se había criado entre todo tipo de animales, así que se hicieron amigos instantáneamente”.
“Los zorros suelen poner el culo sobre las cosas que quieren tener o piensan que son suyas. Y Juniper se sienta sobre Moose diariamente. Entro en la habitación y veo a Moose tumbado con cara de fastidio mientras Juniper está sentada sobre su cabeza, sonriente”.
Para tener en cuenta: aunque esta historia parezca sacada de un cuento, la dueña de ambas mascotas, cuenta a través de instragam que tener un zorro no es como tener perro o gato: Los zorros huelen bastante mal. Sus desperdicios huelen pésimo . No hay forma de que un zorro deje de oler. Los zorros son destructivos, y romperán cosas en tu casa. También necesitan taurina o sufrirían ataques, se quedarían ciego o podrían morir.