Cuando Charles Darwin llegó a estas islas vivían 15 clases de tortugas gigantes y hoy sólo quedan 11 debido a la presencia humana y la llegada de animales como cerdos, perros, gatos y ratas, entre otros. Así que la preservación en los últimos años de estos animales ha dependido del esfuerzo humano por cuidar a las tortuguitas, desde que nacen, hasta que son suficientemente grandes para no ser cazadas por sus predadores.
Los investigadores creen que la erradicación de ratas en la isla que han realizado diferentes organizaciones es uno de los factores más importantes para que las tortugas pudieran reproducirse y nacer fuera de cautiverio.
Aunque encontraron sólo 10 crías, los investigadores creen que sólo es la punta del iceberg, pues de acuerdo a las proyecciones es probable que haya al menos 100 veces más tortugas bebés de las que pudieron observar. James Gibbs, líder de uno de estos grupos científicos, observó 300 tortugas en todo el viaje lo que sugiere que hay al menos unas 500 viviendo en las islas.
Apenas en la década de los sesenta había sólo 100 tortugas gigantes viviendo en las Islas Galápagos, así que es una excelente noticia saber que a veces logramos corregir el daño que le estamos haciendo a la naturaleza.