Desde pequeño supo que lo suyo era la danza. El bailarín cuenta que tenía cinco años cuando vio por primera vez una clase de ballet e inmediatamente le llamó la atención. Lo cautivó la música, los movimientos. “Siempre tuve claro que quería ser bailarín. Siempre”, afirma Ortigoza. Cuando cumplió 18 años obtuvo su primer papel como solista en el Ballet de Santiago y un año después se convirtió en el primer bailarín de la compañía. La carrera de Luis Ortigoza ha tenido altos y bajos y hoy se retira con 47 años, contento por todo el cariño recibido por el publico durante su trayectoria.
Ortigoza se despide de los escenarios con Mayerling, la historia del archiduque y heredero del imperio austrohúngaro Rodolfo de Hasburgo, quien junto a su amante fueron encontrados muertos por un tiro en la sien. Aunque se estableció que las muertes fueron producto de un suicidio, cada vez fue haciéndose más popular la teoría sobre un complot del gobierno austríaco.
Estos fueron algunos mensajes recibidos por importantes personajes de la danza mundial y del arte:
“Querido Luis, gracias por tu arte, tu profesionalismo y tu entrega en este arte maravilloso. Tienes una carrera intachable y hermosa, y sobre todo me alegro de que tomaras la decisión de terminar esta primera parte de tu vida en lo más alto. Te esperan cosas maravillosas porque siempre estás buscando cosas nuevas, pero te recomiendo un año sin hacer nada, no sabes lo lindo que es levantarse en la mañana, desayunar y volver a la cama, o en un día soleado tomar una cerveza bien helada sin preocuparse de que hay función jajajajaja. Es muy recomendable mentalmente y físicamente. ¡Que disfrutes! Se te quiere y admira”.
Julio Bocca, bailarín argentino y director del Ballet Nacional Sodre (Uruguay).
“Luis Ortigoza podría ser la estrella de cualquier compañía del mundo, de las más grandes, pero él prefirió quedarse en Chile, en el Ballet de Santiago. Siento por él una admiración profunda y un gran respeto por su talento y por lo que ha hecho con él”.
Marcia Haydée, Directora del Ballet de Santiago.
“Es el fin de una era para el Ballet de Santiago. Luis Ortigoza fue un bailarín con tanta personalidad y tanto repertorio. Un líder. La duración de su carrera fue extraordinaria. Muy pocos bailarines llegan a bailar tan bien hasta los 47 años”.
Demis Volpi, Coreógrafo residente del Ballet de Stuttgart.
“Luis Ortigoza es uno de los más bellos bailarines de nuestra generación. Su refinada sofisticación, su virilidad, su emotividad y sensibilidad, se combinaron para crear a un bailarín único, como nunca he vuelto a ver en escena. Protagonicé con él inolvidables momentos sobre las tablas y fuera de ellas. Su encantadora amistad fue otro de sus más grandes regalos. Bravissimo dear Luis… Te Amo”.
Julie Kent, ex primera bailarina del American Ballet Theatre.
Primer Bailarín Estrella y Asistente de dirección
Estudió con el maestro Mario Galizzi y en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. En 1988 ingresó al Teatro Argentino de La Plata y se integró al Ballet de Santiago como cuerpo de baile. En 1989 fue ascendido a solista y en 1990, a primer bailarín, luego de ganar Medalla de Plata en el IV Concurso Internacional de Ballet de Jackson Mississippi.
Se ha presentado en galas y festivales internacionales en Alemania, Argentina, Bolivia, Brasil, China, Cuba, Estados Unidos, España, Hungría, Italia, Japón, México, Paraguay, Rusia y Venezuela, compartiendo el escenario con primeras figuras del ballet mundial. Ha trabajado con importantes personalidades como Marcia Haydée, Ivan Nagy, Natalia Makarova, Ronald Hynd y Loipa Araujo y ha bailado con Marcia Haydée; Julie Kent; Paloma Herrera; Cecilia Kerche; Nicole Rhodes; Agnes Oaks; Roberta Márquez; Alesza Popova; Alihaydée Carreño; Karina Olmedo; Cecilia Figaredo; Silvina Perillo; Cynthia Labaronne; Julieta Paul; Marcela Goicoechea; Lidia Olmos; Natalia Berríos; Andreza Randisek; Maite Ramírez; Valentina Tchepatcheva y Sara Nieto.
Su pulida técnica y gran versatilidad artística le ha permitido abordar repertorio de grandes coreógrafos como John Cranko; Kenneth MacMillan; George Balanchine; Jerome Robbins; Rudolf Nureyev y Maurice Béjart, entre otros, incluyendo obras como Manon; La bayadera; Carmen; Romeo y Julieta; Giselle; Don Quijote; El lago de los cisnes; La bella durmiente; Cenicienta; Rosalinda; Tema y variaciones; Tchaikovsky pas de deux; Who cares?; Études; Diana y Acteón; La consagración de la primavera; Petrushka; Gaité parisienne; In the night; Iniciales; La viuda alegre y Tanguero, creado especialmente para él por la coreógrafa argentina Mora Godoy.
Fue nominado al prestigioso Premio Benois de la Danse en dos ocasiones: por su interpretación de Drosselmayer y el Príncipe en el Cascanueces (Nureyev) y por Don José de Carmen (Haydée), papel por el que fue ovacionado en su presentación en el Teatro Bolshoi. Entre sus distinciones, destacan, en Chile, el Premio de la Crítica 1992, 2012 –por Spaceman– y 2013 –por Mayerling– y el APES 1990, 1992, 1993, 1996, 1998, 1999, 2001, 2003 y 2007; en Argentina, el Diploma de la Fundación Konex 1999 y 2009, el Premio Clarín 2006 como mejor Figura en Ballet, Distinción de la Embajada de la República Argentina en Chile 2007, por su Trayectoria Artística, Medalla Elena Smirnova 2007 y Konex de Platino 2009 como máximo exponente en la disciplina Bailarín.
En 2007 estrenó su primera producción coreográfica, La bayadera. Creó el pas de deux Sylvia para la Gala de los 150 años del Teatro Municipal (2008) y el gran pas Classique Paquita para la Gala Bicentenario 2010.
Bajo la dirección artística de Marcia Haydée, fue incorporado al staff de la Compañía, y en 2007 lo nombró primer bailarín estrella del Ballet de Santiago. En 2014, el Honorable Congreso de la República de Chile le concedió la nacionalidad por gracia y la Medalla al Mérito por su aporte al ballet y la cultura del país.