Eran las 23.40 de una tranquila noche y un vigía del transatlántico más grande, moderno y elegante de la época divisaba a corta distancia un iceberg en medio del océano . Esta fue la sentencia de muerte del Titanic, que se hundió horas mas tarde en su viaje inaugural, siendo este el desastre más célebre, documentado y conocido de la historia de la marina comercial.
A 104 años de este acontecimiento, revisaremos algunos datos de esta, la tragedia que le costó la vida a más de 1.500 personas, en un buque que lo hacían “inhundible”.
A las 23.40 del 14 de abril de 1912, se divisa un iceberg en la ruta del Titanic, pese a la reacción de la tripulación, la nave choca, provocando un daño insuperable para el barco. Pasaron 30 minutos para que el Titanic lanzara su primera señal de emergencia. Ese tiempo tardó la tripulación en determinar la gravedad del accidente.
Investigaciones posteriores, determinaron que el vigía Frederick Fleet, quien divisó el iceberg a unos 500 metros, no contaba com binoculares, con los cuales podría haber detectado la emergencia con una distancia suficiente para poder esquivarlo. Los vigías habían extraviado las llaves del lugar donde se guardaban estos elementos.
No hay claridad es la primera orden del puente de mando al divisar el iceberg. William McMaster Murdoch ordenó a la sala de máquinas, virar a estribor y… Aquí es donde aparece la duda: el jefe de guardia ordenó “atrás a toda”, que es poner los motores marcha atrás a toda su fuerza, o solicitó “detener”, que es parar los propulsores. Si los motores fueron para atrás, esto reduce la capacidad de viraje del buque. De hecho, las dos opciones no eran la mejor reacción. Lo ideal, según los especialistas, habría sido acelerar la nave para darle más intensidad al viraje.
Las primeras instrucciones de la tripulación a los pasajeros: repartieron chalecos salvavidas y pese a que sabían que la suerte del barco estaba sentenciada, llamaron a los viajeros a salir a cubierta, pero con tranquilidad, pues “era un simulacro”. Con este aviso, muchos no salieron de sus camarotes en el tiempo adecuado para empezar a llenar los botes de emergencia.
El Titanic no contaba con suficientes botes salvavidas para evacuar a todos sus pasajeros, se sumó que sólo dos de los 20 botes que tenía, salieron a toda su capacidad o superándola. Los dos primeros que fueron soltados, fueron con 28 y 35 pasajeros de un total de 65 cupos.
