Nadie duda de la relevancia que tuvo el ex Presidente Patricio Aylwin para la historia de Chile. Por lo mismo, nadie podría cuestionar la decisión del gobierno de decretar 3 días de duelo nacional y la realización de un funeral de estado. Pero, ¿cuál es el significado que hay tras estos decretos?
“Los días de duelo nacional los decreta el gobierno luego del fallecimiento de un personaje importante de la historia del país, como forma de manifestar sus respetos por el difunto y vivir públicamente el luto, lo cual es acatado y compartido por la mayoría de la población. Como símbolo del duelo nacional, la bandera chilena se iza a media asta en el Palacio de Gobierno, en las reparticiones públicas y en las unidades de las Fuerzas Armadas y de orden y seguridad, y se autoriza lo mismo para las residencias y establecimientos privados. También implica suspender todo acto de Gobierno que tenga carácter de festejo”, explica Pablo Eyzaguirre, profesor de la Escuela de Relaciones Públicas de la Universidad del Pacífico.
En este caso, y según lo explicita el decreto emanado del Ministerio del Interior, el duelo nacional será por tres días, a contar del 20 de abril de 2016.
Para el docente, estas implicancias obligatorias de un duelo nacional para instituciones públicas y de Estado, no lo son para las privadas. “En las privadas queda a su criterio, pero sería mal visto y la idea es que se adhieran al recogimiento del país y posterguen algún tipo de ceremonia que implique discursos o vino de honor, más aún si se trata de un ex jefe de Estado de la categoría del ex Presidente Patricio Aylwin, quien trabajó por la transición a la democracia y cuya imagen de hombre respetuoso y ponderado es algo transversal”, afirma Eyzaguirre, quien es autor del libro Comunicación, protocolo e imagen.
Considerando que Patricio Aylwin Azócar es un ex presidente de la República, se realizará un funeral de Estado este viernes en la Catedral de Santiago a las 11.00 horas. “Un funeral de Estado es una ceremonia fúnebre pública, que se lleva a cabo en honor a los jefes de estado o de gobierno de una nación, o en honor a alguna otra figura relevante a nivel nacional”, aclara el académico.
“Durante este tipo de ceremonias se debiera esperar que sea la familia, en concordancia con el Ministerio del Interior, la que decida quién hace uso de la palabra, donde el orden lo determina el grado de precedencia: menor al comienzo y mayor al término. En todo caso, en esta ceremonia se esperaría que hable un familiar directo, como uno de los hijos, que podría ser Mariana Aylwin; la Presidenta o el Ministro del Interior; el Presidente de la Democracia Cristiana; el Presidente del Senado y de la Cámara de Diputados”, explica el especialista en protocolo.
Cabe señalar que en estas ceremonias no hay invitados. “Los que asisten son los que sienten y se acongojan, y obviamente que pueden ir. Y es por ello que se coloca el féretro para que puedan rendirle un último homenaje”, indica el académico de la Escuela de Relaciones Públicas de la U. del Pacífico, quien agrega que sin duda se espera que asista toda autoridad pública y gremial. “Como los representantes de la CPC, de la Sofofa y de entidades gremiales representativas, porque esto es algo que tiene carácter transversal a todo el país”, precisa.
En cuanto a otros símbolos o actividades propias de un funeral de Estado, el experto señala que “éstas también debiesen definirse entre la familia y el Ministerio del Interior, como son las ofrendas florales y los honores de las Fuerzas Armadas, las que debiesen ocurrir al ingreso de la Catedral Metropolitana”.
Cabe destacar que el último funeral de Estado en Chile fue el del expresidente Jorge Alessandri Rodríguez, en mayo de 1986.
