Cuando María Jesús Ponce se tituló de Diseño de Vestuario y Textiles de la Universidad del Pacífico en julio de 2015, con nota siete en su Tesis sobre Tejidos de Doñihue, no sabía qué hacer, cómo seguir. No soñaba con crear su propia marca de ropa como la mayoría de sus compañeras, sino que buscaba una motivación especial.
Al mes siguiente, sus padres se fueron a vivir a la ciudad canadiense de Vancouver y María Jesús quiso ver qué podía pasar allá. Y la oportunidad llegó de sorpresa. Un día, al ver el mural del instituto de inglés al que asistía, vio un afiche interesante: la versión primaveral del “Vancouver Fashion Week” necesitaba voluntarios para trabajar en la organización del reconocido evento de moda.
“No tenía nada que perder, así que mandé un email. Me respondieron al día siguiente y luego fui a una entrevista donde me describieron los diferentes trabajos que me podrían tocar, que básicamente eran funciones de backstage, muy parecido a lo que ya había hecho muchas veces para desfiles en la Universidad, solo que a mayor escala. Concretamente mi trabajo fue de asistente del asistente del diseñador, ya que hice todo lo que el diseñador y asistente me pidieran. Vestí modelos, ayudé a traducir comunicados y reseñas de diseñadores para Elle y Vogue México, limpié en las mañanas el backstage, estaba a cargo de actualizar la cuenta de Instagram del evento, hacía ilustraciones y escribía los pases VIP. En el transcurso de los días fui mejorando y sentí que mi opinión contaba y me tomaban muy en cuenta por ser diseñadora. Ha sido lejos la mejor experiencia de mi vida”, cuenta la profesional oriunda de Antofagasta.
En un ambiente donde todos buscaban desesperadamente destacarse y conseguir contactos, María Jesús se dedicó a hacer su trabajo asignado con gran esmero. Esa actitud fue percibida por Jamal Abdourahman, el fundador y creador del evento, quien se acercó para conocer los diseños de la chilena. Lo que vio le encantó y un mes después la llamó para darle una tremenda oportunidad.
“Creo que mi personalidad me ayudó mucho, ya que todos querían trabajar conmigo. Nunca esperé nada, solo lo hacía por la experiencia. Las cosas se fueron dando solas y hasta llegué a conocer al dueño del Fashion Week. Trabajamos juntos y le mostré un par de ilustraciones y trabajos de Universidad que había hecho. Una vez terminado el Vancouver Fashion Week volví a las clases de inglés y a mi vida normal”, cuenta María Jesús.
Sin embargo, tres semanas después, en noviembre de 2015, Jamal Abdourahman volvió a llamarla. “Lo primero que pensé fue que me ofrecería un trabajo ya más formal, no como voluntaria, pero cuando llegué me dijo algo que jamás podría haber imaginado: me ofrecía un cupo para presentar mi marca como diseñadora en el Vancouver Fasion Week de marzo 2016. Al principio lo veía imposible, porque no tenía nada de tiempo para hacerlo, pero lo tomé como un desafío y creo que el resultado final fue muy bueno”, indica la joven diseñadora de 24 años.
Jamal Abdourahman, el fundador y creador de la Semana de la Moda en Vancouver, no sólo le ofreció un espacio de categoría mundial para que mostrara su trabajo, sino que también la auspició para que pudiera hacerlo con $10 millones, dinero que se utilizó para la inscripción en el evento, pago del maquillaje y del staff de modelos.
Y ella no lo defraudó. A pesar de que trabajó contrarreloj, la diseñadora de la Universidad del Pacífico presentó la colección KNOTED (amarrado en inglés), de su propia marca de ropa Saint Jesus. En la Vancouver Fashion Week 2016, Ponce mostró doce tenidas modernas y vanguardistas con las 28 prendas blancas y negras que confeccionó, exhibiendo anchas faldas midi, tops ceñidos y transparencias.
Al finalizar el desfile, María Jesús Ponce recibió un aplauso generalizado y espontáneo del público presente por la colección presentada y además la crítica especializada destacó su presentación en el evento. El medio de comunicación canadiense Loulou Magazine escogió una de las propuestas de Ponce como una de las diez mejores de la Semana de la Moda de Vancouver. En tanto, la versión del Reino Unido de la revista Vogue también le dedicó un espacio.
“No podría creer la cantidad de aplausos que recibí, ya que nadie me conocía y fue un momento inolvidable. Se me acercaron maquilladores y fotógrafos a pasarme sus tarjetas para que trabajemos juntos”, recuerda la diseñadora chilena, quien realizó un curso de dos semanas en 2014 en la prestigiosa escuela The Saint Martin’s School of Design en Londres.
Hoy, a pocas semanas del gran evento en Canadá, la egresada de la Universidad del Pacífico está enfocada en una nueva colección y en potenciar su marca llamada Saint Jesus. “La colección en la que estoy trabajando ahora es un reflejo de lo que mostré en la pasarela en la Fashion Week, pero más básicos, con colores neutrales y fáciles de combinar. Creo que la sobriedad contrastada con piezas texturadas predomina, siempre con una estética rebelde y oscura”, explica la diseñadora.