El día lunes 11 de abril, aproximadamente a las 20 horas, falleció en dependencias del centro Galvarino la niña Lissette Villa, de 11 años por un paro cardiorrespiratorio.
Lissette ingresó por primera vez a programas de protección a los 5 años, por vulneraciones de sus derechos, y el tribunal de familia determinó que ingresara a una residencia de protección cuando tenía 8 años. El último ingreso de la niña al centro Galvarino, establecimiento ubicado en la Región Metropolitana y administrado por el Sename, fue a fines del 2014. Paralelamente estaba en tratamiento de reparación por ser víctima de abuso sexual intrafamiliar.
El domingo 10 de abril tenía visita de un pariente muy cercano, que no llegó, lo que impactó negativamente en Lissette. Al día siguiente, el lunes, la niña presentó crisis emocional manifestando llanto persistente y agitación psicomotora. Durante sus episodios de crisis recibió atención del personal de la Unidad de Salud del centro.
Aproximadamente a las 20 horas tuvo una agudización de su crisis. El personal de turno, más el equipo profesional que se encontraba en el centro, activaron los protocolos de urgencia en forma inmediata. Recibió atención directa de los auxiliares paramédicos del Sename, quienes al observar que la niña no reaccionaba y la tardanza de la ambulancia, solicitaron intervención de personal de bomberos del cuartel vecino, que realizaron reanimación durante 45 minutos. Sin embargo la niña falleció por un paro cardiorrespiratorio.
La directora nacional del Sename, Marcela Labraña, expresó que “se hizo todo lo que se pudo hacer para evitar la muerte de esta niña, que estaba en crisis debido a un estrés postraumático causado por un abuso sexual intrafamiliar. La atendió nuestra Unidad de Salud realizando reanimación, además de llamar a bomberos y al servicio de urgencia más cercano”.
Agregó que “entiendo el dolor de los funcionarios porque es el mismo que yo tengo. Una niña que llega a residencias del Sename no llega por gusto ni nosotros quisiéramos que llegara. Ingresa porque tiene una situación de riesgo vital en su propia casa, porque en su propia familia está siendo maltratada o abusada. Se le tenía un cariño muy grande a Lissette, y por eso también es un golpe muy duro para el centro”.
Tras el desenlace fatal, funcionarios del Sename llamaron a Carabineros y Fiscalía, y el Servicio Médico Legal emitirá en las próximas horas un informe con más detalles de la causa de muerte de la niña.
La Unidad de Salud del centro Galvarino cuenta con dos enfermeras, tres auxiliares paramédicos y un médico psiquiatra (contratado por horas semanales). El centro tiene cupo para atender a 100 niños y niñas de manera simultánea, entre los 6 y los 12 años. El día lunes estaba al máximo de su capacidad, sin una sobrepoblación que afectara el funcionamiento del recinto. Ese mismo día había 13 funcionarios a cargo de cuidar a los niños.