Ya son seis generaciones, doce modelos distintos, y una cuota de mercado que ronda el 16% de todos los móviles del mundo. Una cuota con la que Apple no se conforma, la razón para lanzar el nuevo iPhone SE, cuyo objetivo es predicar el iPhone entre ese 80% largo de gente que usa Android, con especial atención a China e India (donde hasta hace un mes seguía vendiéndose el iPhone 4S).

La última vez que Apple dio cifras concretas de venta de uno de sus modelos fue cuando nos contó que el iPhone 3G había tardado tres meses en superar las ventas del modelo original.

El primer iPhone había vendido 6,1 millones de unidades a lo largo de cinco trimestres, desde su nacimiento en junio de 2007 hasta que Apple dejó de fabricarlo en julio de 2008.

Desde entonces, los analistas se han apoyado en encuestas, hábitos de consumo, y los datos trimestrales de Apple para intentar averiguar cuánto ha vendido cada generación. Las estimaciones de estos expertos, que escudriñan los datos como si fuesen entrañas de paloma, nos permiten ponerle algo de rostro a cada generación.

Incluso los números que da Apple son casi impenetrables. La compañía sólo publica cuántos iPhones se venden cada trimestre, no cuántos de cada modelo (aunque sabiendo los modelos en producción en cada trimestre se hace más fácil acotarlos). Y sólo desliza datos útiles de cuando en cuando, como en la presentación del nuevo SE. Si en 2015 se vendieron más de 30 millones “de iPhones con pantalla de cuatro pulgadas”, ya está dando una pista de que se refiere a los 5S/5C… Y que Apple vendió, por tanto, cerca de 200 millones de la familia iPhone 6 durante ese año.

Empresas como Asymco o analistas certeros como Neil Cybart, que pasó de analista de Wall Street a gurú de la manzana gracias a un simple Tumblr -Above Avalon- han ido despedezando las cifras durante estos años. Un puzle al que hemos aportado los datos de 2015 y que pemite ver cómo se ha comportado cada generación de Apple.