Contrario a lo que tradicionalmente se piensa, existe un importante número de jóvenes que opta por realizar el servicio militar en forma voluntaria. Sin embargo, no todos los que manifiestan el deseo de hacerlo son declarados aptos, por lo que sigue siendo necesario contar con una amplia base de selección. El año 2015, hicieron su servicio militar 13.500 hombres y mujeres, de los cuales 12.464 lo hicieron como voluntarios.
Hombres versus mujeres
Las mujeres no se han quedado atrás en este proceso, consolidando su presencia en las tareas de la defensa. Para el servicio militar de este año, ya han postulado aproximadamente 6 mil mujeres que se disputarán 1.500 vacantes disponibles.
Según informó la Subsecretaria para las Fuerzas Armadas, Paulina Vodanovic, “la cantidad de mujeres que desea hacer su servicio militar en forma voluntaria ha aumentado progresivamente, lo que ha ido acompañado de un muy buen nivel de rendimiento, por lo que estamos estudiando aumentar las vacantes”.
El año pasado, 12 conscriptas obtuvieron la máxima distinción a la que puede aspirar un recluta, siendo distinguidas con la medalla 18 de Septiembre.
Otra forma de pasar el verano
Además de la forma tradicional de hacer el servicio militar, los jóvenes pueden optar por realizar el Curso Especial de Instrucción Militar durante el verano. A este curso postulan mayoritariamente jóvenes que se encuentran estudiando o que pretenden realizar estudios superiores, compatibilizando así, su formación profesional con la instrucción militar. Estos conscriptos de verano, que cambiaron la toalla de playa por la tenida de combate, llegaron a 360 este año, y tras entrenarse durante 90 días en las artes militares, se graduaron finalmente como cabos de reserva. Sin embargo, su experiencia militar puede proseguir si lo desean, en paralelo con sus estudios, optando a convertirse en suboficiales u oficiales de reserva.
Hoy reclutas, mañana futuros profesionales
El 80% de los reclutas que hacen su servicio militar en verano, están estudiando o se han matriculado para seguir estudios superiores. Los jóvenes compatibilizaban su entrenamiento militar con sus estudios de medicina, arquitectura, derecho, ingeniería, enfermería, pedagogía o ciencias políticas entre otras profesiones.
La Subsecretaria Vodanovic señaló que “es un orgullo para nosotros ver a estos jóvenes concluir su entrenamiento, de la mano con su formación profesional y ver, al mismo tiempo, la felicidad que provoca en sus padres y familiares el que hayan cumplido satisfactoriamente con su deber cívico”.